Recuerdo como si fuera ayer mismo el día que cumplí dieciocho años. Era una cálida mañana de octubre en que llegaba a Madrid para iniciar mi periplo universitario. La ciudad se vestía de domingo y yo venía de celebrar en Ciudad Real la despedida de una etapa y el comienzo de otra. La vida son retales de ausencia que van cosidos a las paredes del corazón. Hoy EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM cumple los dieciocho y alcanza la mayoría de edad. La primavera lució siempre en sus mejillas, pero ahora, en este invierno desnortado, todavía más. No se me puede olvidar cuando comencé a recibir en la radio sus correos y los miraba extrañado. Es cierto que ya las cabeceras nacionales habían empezado con las webs y entendían que debían ser un periódico distinto. Pero ellos fueron los primeros en Castilla-La Mancha. Y el que da primero, da dos veces. Y continúan dando. Como el primer día, igual que la temprana primavera.

EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM es un periódico moderno en el que se informa uno y respira periodismo. Se unieron los mejores para crear un clima al que fuimos añadiéndonos unos cuantos en el camino, porque nos llamaron y fuimos sintiéndonos cómodos. Cliqueaba hasta el apuntador en sus noticias infinitas con titulares larguísimos y llenos de preguntas e interrogantes. La curiosidad mató al gato. Y eso era lo que hacía EL DIGITAL cada mañana, abrirnos la curiosidad en canal y precipitarnos enteros por su mundo. Dice Arcadi Espada que un periódico es la ordenación del mundo e incluso el universo... Desde la presentación hasta su jerarquía. Y yo lo veo así. EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM ha construido un orbe donde nos reconocemos aquellos que nos gusta el periodismo y el buen columnismo. Aquí conocí a Gayarre, el tenor de todos nosotros... Y sólo por eso merece la pena el camino.

César, Javier, Eusebio y Esther, los cuatro jinetes del apocalipsis que jamás pensaron quizá ni en sueños que su caso sería uno de claro éxito cuando comenzaron aquella mañana fría de febrero. Cómo se nos ha hecho mayor entre las manos y la rosa ha crecido entre el jardín de la tinta y su negra flor. Leer EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM es estar informado en dos minutos o permanecer inmóvil durante una hora. Han creado escuela y ahora Morlanes se ha puesto al frente de todos ellos. Juventud, divino tesoro, cantaba Rubén con sus ditirambos. Y Alberto es el mejor director de orquesta para un trasatlántico como este. Junto a él, mi otro Alberto, Molero, natural de Los Yébenes, como el corzo y la gacela, rápido, intuitivo, veloz. Lo tuve en Onda Cero y apuntaba maneras del gran periodista que es hoy. Cazallas, Julián, natural del pueblo de Almodóvar, las caras, Calzada, volcán del campo de Calatrava que he aprendido a conocer y valorar también. Y María, mi María, el amor imposible que se desata a deshora y rueda por un precipicio sin remisión. María López, listísima, como ella sola, cardencha de la Mancha transmutada en Atenea de Albacete, Minerva de la mañana, periodista de salón y biblioteca. Hemos llegado tarde como tantas veces en la vida, pero ella alcanza temprano insólitas noticias, siempre entre las más buscadas.

Dieciocho años, dieciocho primaveras, dieciocho febreros. El mes del Carnaval por excelencia nos recuerda que la vida para ser vivida como merece la pena serlo, ha de traer consigo los cinco cánones del toreo. Parar, templar, mandar, ligar y cargar la suerte. Y bailar sin parar en este cortejo de máscaras que Larra dejó escrito precisamente en El Español. Todo el año es Carnaval. Enhorabuena.