Editorial EDITORIAL

La cabeza fría, la sensatez y la prudencia de Page para la estabilidad de Castilla-La Mancha

23 mayo, 2017 00:00

Nos consta que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha tomado muy en serio el resultado de las primarias del PSOE y la victoria de Pedro Sánchez, y que está reflexionando a fondo sobre el cometido que le toca realizar a partir de ahora como líder de los socialistas castellano-manchegos y como máximo dirigente institucional de la Junta de Comunidades. No sabemos cómo evolucionarán a partir de ahora las relaciones políticas de Page con su nuevo secretario general, Pedro Sánchez, ni la influencia que todo ello pueda tener sobre la política y el Gobierno en Castilla-La Mancha, pero sí tenemos claro que el presidente de la Junta sabrá mantener el justo medio de las cosas y seguir dando la prioridad a la región y a los ciudadanos a los que representa.

La victoria de Sánchez ha sido un revés político para García-Page, pero los socialistas tendrían que evitar cualquier injerencia sobre la política regional y mantener la cabeza fría, la sensatez y la prudencia de la que siempre ha hecho gala el actual presidente de Castilla-La Mancha para que la región salga del bloqueo actual y pueda finalizar correctamente los dos años que quedan de legislatura. Y la primera prioridad actual es aprobar los Presupuestos de este año. Es verdad que el recién reelegido secretario regional de Podemos, José García Molina, ya lanzó ayer contra Page su primera lanza al afirmar que intentará hablar con Sánchez sobre la orientación que hay que dar a Castilla-La Mancha, pero también es verdad que el presidente socialista de la Junta no se deja impresionar por estas bravuconadas del escudero de Pablo Iglesias en la región.

García Molina, con estas declaraciones, insiste en su injerencia contra el PSOE regional y vuelve a demostrar el mal estilo de Podemos en Castilla-La Mancha, pero es una obviedad volver a reseñar que el presidente de la Junta es Emiliano García-Page y que Sánchez no puede ni debe dirigir la Administración autonómica, ni siquiera aunque se lo pida desde Toledo alguien tan "cualificado" como García Molina. Este ficticio y falsario ninguneo al presidente de todos los castellano-manchegos habla más de Molina que de Page. El líder castellano-manchego de Podemos está claro que ha llegado a la política regional para enredar a las órdenes de Iglesias, pero ahora es el momento en el que Page debe poner sobre la mesa toda su inteligencia política y su experiencia para sortear estos obstáculos y pensar con rigor en la región.

Es y debe ser su principal objetivo y también su fuerza y su futuro.