Editorial EDITORIAL

La cabecera del Tajo en situación límite de extrema sequía

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No por repetida, la situación de extrema sequía de los embalses de cabecera del Tajo es menos penosa y dramática. La alarmante falta de agua en esta zona del río se une al preocupante deterioro de todo el cauce, en cantidad y calidad, y a la ausencia de una política global en España que atienda las necesidades hidráulicas del país con una visión general del problema y una perspectiva dialogada y de consenso entre todos los territorios afectados. El Tajo es una cloaca y atraviesa Castilla-La Mancha en un estado lamentable mientras prosiguen los trasvases y no hay nadie que, por ahora, sea capaz de liderar un gran pacto nacional del agua que ponga fin a las batallas que enfrentan a españoles contra españoles desde hace cuatro décadas.

Nos parece insostenible mantener la actual dirección política de expolio constante del Tajo sin diseñar a la vez un acuerdo general que ponga fin a esta situación e impulse un gran pacto político y territorial para que el agua deje de ser un motivo de enfrentamiento nacional y pase a ser un motivo de entendimiento y diálogo. No parece existir ninguna voluntad de consenso real en torno a ese gran pacto de Estado más allá de las consabidas declaraciones políticas de buena voluntad que, por lo visto en los últimos treinta o cuarenta años, no son más que una puesta en escena para disimular una realidad de la que todos usan y abusan: el Tajo mantiene su dramático estado y sigue enfrentando a Castilla-La Mancha con otras comunidades autónomas porque no existe de verdad ninguna voluntad política de resolver el problema y abordarlo en profundidad.

Mientras tanto, la cabecera del río considerado como el más importante de España sigue agonizando y su crítico estado es motivo de malestar y enfrentamiento sin que nadie se ponga de verdad a liderar el problema y resolverlo con algo más que unas cuantas palabras que con frecuencia no son más que puro teatro sin nada dentro.