El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, sigue enfrentando el día a día con la visión clara de que hacer oposición en una región como esta y en las circunstancias políticas, sociales y sanitarias que vivimos es harto difícil.

Núñez y su equipo se enfrentan a la mayor maquinaria de poder que haya tenido nunca el PSOE en nuestra Comunidad, y aunque la pandemia de coronavirus ha centrado de golpe la acción política en lo sanitario y ha puesto en entredicho a los 18 gobiernos de España, las rencillas y disputas entre partidos siguen siendo prácticamente las mismas de siempre. Por eso el PP de Castilla-La Mancha seguirá sufriendo el estado de desigualdad de condiciones en el que tiene que hacer oposición a un gobierno y un partido armados hasta los dientes (políticamente hablando).

En estas circunstancias, Núñez ha centrado su actividad en recorrer la región y en mantener contacto con la sociedad y sus principales representantes en todos los ámbitos de actividad. Todo ello le sirve para esgrimir ante el Gobierno de Page las reclamaciones y planteamientos que recoge en sus reuniones y encuentros con colectivos sociales, culturales y económicos.

Entre las principales demandas, y en línea con los principios que defiende el PP a nivel nacional, está la reclamación de bajada de impuestos y la dinamización de la vida económica con ayudas al sector empresarial. Núñez ha anunciado que este jueves propondrá en el pleno de las Cortes regionales "consensuar" con el presidente regional, Emiliano García-Page, una bajada generalizada de los impuestos en la región para ayudar al tejido productivo. Espera que apoyen su petición el PSOE y Ciudadanos, y que hagan lo mismo en el ámbito de la política nacional.

“Si Page quiere, podemos”, viene a ser la consideración de Núñez en un contexto en el que basta con que lo pida como jefe de la oposición para que no se lo concedan. Puede que se avengan a negociarlo e incluso a montar una comisión que lo estudie, pero no darán ni la más mínima oportunidad para que se pueda aprobar una bajada de impuestos para que se apunte la medalla la oposición. Así son las cosas en política, y así parece que seguirán siendo en el futuro.

Y sin embargo, es más necesario que nunca que el Gobierno y la oposición trabajen juntos para luchar contra la pandemia y sus trágicas consecuencias para la salud de los ciudadanos y para sus economías. Bajar algunos impuestos sería bueno para el conjunto de la región. Por ejemplo el IVA de las mascarillas, algo que se ha convertido en un producto de primera necesidad y la herramienta más útil para prevenir el contagio del Covid-19. Por eso no puede tener la misma tasa impositiva que el resto de productos que no son de primera necesidad. O facilitar el desarrollo en estos tiempos tan complicados a sectores tan afectados como la hostelería, el turismo o las peluquerías, a las que se ha referido en concreto Paco Núñez, así como también a las ayudas directas para autónomos y pequeñas y medianas empresas que eviten el cierre y el despido de trabajadores…, etc.

Los castellano-manchegos verían bien que los tres partidos representados en las Cortes regionales se pusieran de acuerdo para pedir al gobierno nacional la bajada de impuestos y más ayudas para las empresas de la región.

Es una situación tan extrema y difícil que es necesario pedirles a los políticos que tomen decisiones extremas y difíciles. Y para ello debería ser imprescindible que se haga de forma consensuada entre los tres grupos parlamentarios y el Gobierno de la región. La relación entre los partidos no puede ser el rifirrafe permanente de siempre, sobre todo cuando la salud y la economía de los ciudadanos demanda soluciones urgentes y eficaces.