Los dos últimos diarios publicados de Salvador Pániker (Barcelona, 1927-2017) son Diario del anciano averiado, que abarca los años 2000 al 2004, y Adiós a casi todo, hasta el 2010. Es muy probable que el que fuera editor fundador y editor de Kairós, ingeniero, filósofo y senador en la Transición siguiera escribiendo diarios hasta su muerte, porque lo hizo durante casi toda su vida y quizás algún día sean publicados. La quinta y última entrega, de una serie que había comenzado con Cuaderno amarillo, se publicaría dos años antes de su muerte.

Él mismo, en el penúltimo de ellos lo presenta de la siguiente manera: "Diario del anciano averiado comprende el periodo que va del año 2000 al 2004. Como de costumbre hablo de mis vivencias, mis reflexiones, anécdotas de mi vida social e, incluso, de dos nuevas historias de amor que pueden sorprender al lector tanto como me han sorprendido a mí mismo. De lo cual se infiere que, en contra de lo que dice el título del libro, el anciano no está todavía del todo averiado."

Presidente de la Asociación pro-Derecho a Morir Dignamente, una parte de sus apuntes están dedicados a reflexionar sobre el hecho ineluctable de la muerte:

“Chesterton decía que el suicidio era un acto más duro y difícil que el asesinato: el asesino mata a una sola persona, el suicida mata a todo el mundo.”

“Mi corazón, ya digo, está con ellos, los suicidas. Me refiero a los suicidas lúcidos, no a los meramente depresivos. Los suicidas lúcidos ponen las cosas en su punto. Aquí hay muchos más muertos que vivos, un respeto para todos.”

Y es que en estas memorias de vejez desfilan muchos muertos, muchos amigos, familiares, personas que han formado parte de una vida de un intelectual que nunca dejó de vivir la vida; un seductor de lectores y de mujeres que repasa su camino y que no renuncia a casi nada. Una mirada que también se extiende a las generaciones que vienen detrás:

“Bien mirado, todos mis hijos pertenecen a una generación, más o menos contracultural, educados permisivamente, jóvenes que fueron a la vez inocentes y consentidos, que rechazaron la obscena dificultad de vivir y se lanzaron al paraíso artificial. Una generación de víctimas, como los hijos de Haro Tecglen y los de Castilla del Pino, como la hija de Ferlosio y Martín Gaite, como mi propia hija Mónica.”

Su vocación de filósofo, marcado por la cultura india, aparece constantemente a lo largo de estas páginas y, muchas veces, el lector envuelto en esas disquisiciones filosóficas agradece la forma irónica en que él mismo enjuicia su propia obra:

"Buscando una cita, releo unas páginas de Filosofía y mística, y me cuesta entender lo que yo mismo tengo allí escrito. ¿Decadencia intelectual?, ¿convalecencia?, ¿vejez?

“Pero hablaba de las dificultades para entender mis propios textos. Y cavilo que la cosa depende de muchos factores. Bertrand Russell dijo una vez que solo entendía Wittgenstein cuando tenía la gripe. Filosofía y mística es quizás el mejor libro filosófico que he publicado. De hecho, es el segundo tomo de mi inédita Genealogía de la lucidez. Pero ¿he dicho ya todo lo que tenía que decir? ¿todo lo poco que tenía que decir?”

Y por delante esos amores que confiesa y que lleva como nadie, mientras soporta con paciencia a su hermano o nos cuenta esa vida social por la que siempre paseó una figura que sabía que a pesar de los años seguía teniendo tirón.

Seguro que lo pasarán bien en compañía de este presunto anciano averiado.

Salvador Pániker. Diario del anciano averiado. Literatura Random House, 2015, 448 páginas, 19,90€. Adiós a casi todo. Literatura Random House, 2017. 352 páginas. 18€.