Mis abuelos maternos tenían cuatro hijos. Tuvieron siete, pero tres murieron. Era un drama común en muchas familias en el siglo pasado, allá por los años 40. La mortalidad infantil entonces era de unos 76 niños por cada mil; ahora es de menos de tres por cada mil. Era la primera década de la dictadura de Franco, lo digo por esos ineptos que van diciendo ahora que con Franco se vivía mejor y para los nostálgicos del régimen.
A lo que iba. Mi abuelo, clase obrera pura y dura, para mantener a su familia tenía dos trabajos, o tres, dependiendo de la época. Curraba de sol a sol. Y mi abuela, que de joven había sido cocinera en casas de duques y marqueses, cuidaba a los niños y criaba gallinas y cerdos, que suponían un pequeño plus para la economía familiar. Ya veis lo bien que se vivía con Franco.
Mi padre, con nueve años, trabajaba de monaguillo para aportar lo que podía a su casa y con esa edad, evidentemente, ya andaba solo e independiente por la calle. Y mi madre, con 16 o 17, bordaba en su casa ajuares de novia -sábanas y toallas- muchos para hijas de militares. Estudiar, impensable, no se lo podía permitir.
💬 "Tenemos que pelear: trabajamos más y cobramos menos que los demás"
— EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha (@elespanolclm) November 14, 2025
En su nueva columna, @suerteasi recuerda el esfuerzo de sus padres y abuelos por cambiar un país en el que "con Franco no se vivía mejor" y reivindica que el bienestar también pasa por un salario digno pic.twitter.com/ZMkj9npIhM
La generación de mis padres ha trabajado para cambiar muchos las cosas. Cambiaron sus vidas y cambiaron las nuestras. Esos cambios son un legado, pero también son una obligación de futuro con las generaciones siguientes. Los cambios no se hacen solos y los cambios no son suficientes. Los últimos datos salariales de Castilla-La Mancha nos ponen en nuestro sitio. Dice el sindicato CCOO que somos la tercera comunidad autónoma con los sueldos más bajos. De media cobramos unos 4 000 euros menos que la media nacional. No es moco de pavo, porque eso son unos 333 euros menos al mes. Pero es que, además, trabajamos una hora más a la semana que la media nacional y nuestros salarios se han incrementado en el último año menos que el resto del país.
Conclusión: tenemos que pelear, porque trabajamos más y cobramos menos que los demás. Además, los datos de siniestralidad tampoco son para aplaudir. Este año ya han fallecido 30 personas en accidentes laborales en nuestra región. Es menos que el año anterior, sí; son buenas noticias, no.
Estos son datos de esta semana, la misma semana en la que la Reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha ha pasado por el Congreso de los Diputados. Una reforma que apoyan PSOE y PP en nuestra región y que tiene como principal objetivo, leo, la protección el Estado del Bienestar. Aprovecho para recordar que bienestar, además de los sectores claves de la sanidad, la educación y la protección a los vulnerables, también es cobrar un salario digno y vivir mejor que nuestros abuelos. Me llamo Ángeles y estos son mis demonios.