Piensa uno en el votante del centro-derecha de Castilla-La Mancha y no puede más que sentir lástima. El PP hace lo que puede en medio del populismo regionalista del Gobierno Page, que se ha abrazado a la bandera autonómica para no tener que hacerlo con la del PSOE, que huele a chistorra que apesta.
Sí, haría bien Francisco Núñez en afinar el tiro y enfocar la oposición en tres asuntos clave en vez de ir por ahí dispersando los mensajes. Mi propuesta: familia, economía centrada en la persona y apoyo al campo. Y punto. Día y noche. A todas horas. Que el total de quince segundos que les cuelan en la tele regional después de la retahíla de consejeros sea de eso.
Pero lo más llamativo es la actitud de Vox. Es bien sabido que el partido de Abascal es el partido de Abascal y de nadie más. Bueno, y de Julio Ariza. Es decir, que sus representantes en Castilla-La Mancha lo son nominalmente, pero no se les ve una presencia activa, un conocimiento profundo de los temas, una especial dedicación a los asuntos del día a día de la región.
¿Alguien sabe qué piensa Vox de la inminente subida de la tributación a los autónomos? ¿Han echado cuentas de lo que va a suponer para los emprendedores de Castilla-La Mancha? ¿Tienen alguna opinión sobre el hecho de que la brecha de la renta per cápita de los ciudadanos de esta comunidad respecto a la del conjunto del país sea cada vez más alta? ¿Tiene Vox alguna propuesta para los casi cuarenta mil pacientes en lista de espera que hay en la región?
Sí, ya sé que defienden los toros, el campo, las tradiciones y la Semana Santa, y que en los cristales de sus sedes ponen carteles muy graciosos contra Sánchez y Feijóo. También sé que su líder —el único líder— ha decidido darle la espalda al rey y regalarse un baño de populismo trumpista durante el día de la Fiesta Nacional. Y sé que se les da muy bien el universo digital: cuentan con un ejército disciplinado de soldados dispuestos a ir a la guerra en cuanto Kiko toca la corneta.
Pero quizá harían bien en dar un paso que vaya más allá de lo estético y trabajar por convertirse en una alternativa realista al Gobierno de Page. Sí, las encuestas les van muy bien con este modo de hacer (anti) política, pero no deberían olvidar que, por encima del ruido, del poder y la gloria, está el bien común. Está ese votante desesperanzado que necesita un representante digno, que se estudie los temas, que haga propuestas realistas y que se deje la piel en las leyes, y no en YouTube.
¿Hay alguien así en Vox Castilla-La Mancha?