Ahora que las aguas van volviendo a su cauce en la cuenca de Tajo, la más afectada por estas inundaciones controladas que hemos vivido, es momento de reiterar una serie de consideraciones, obvias y muy repetidas, pero no por ello menos importantes.
Las crecidas de los ríos son un fenómeno natural, han ocurrido y van a seguir ocurriendo. En el caso del Tajo, está tan ahogado por los trasvases y con un caudal tan reducido que nos parece de ciencia ficción verlo así. Pero los ríos deben tener periodos de crecidas y de bajadas. El Tajo estático, esquelético y con el caudal mínimo que solemos ver es un río enfermo, casi muerto.
Para que esas crecidas no supongan graves daños hay que respetar las llanuras de inundación, esos espacios que el río invade porque son sus espacios. Ahí no hay que construir nada. Todo lo que se construye a pie de río es susceptible de ser ocupado por el agua. Lo digo por proyectos futuros, como ese que tienen algunos de hacer un hotel en la zona de la Cava, en Toledo. Lo digo por si alguien se estaba planteando urbanizar la zona de la Peraleda. Cuanto más amplias sean esas llanuras de inundación más crecerá el río a lo ancho, menos fuerza llevará y menos destrozos causará en situaciones extremas.
♒"Me lleva la corriente", el recordatorio de @suerteasi sobre las crecidas de los ríos y la construcción en zonas inundables
— El Español - El Digital CLM (@eldigitalCLM) March 28, 2025
🌉 Y, cómo no, varias reflexiones sobre el "puente romano" de Talavera y las prisas de los políticos pic.twitter.com/R4pX5X6c9E
Los ríos están vivos y tienen una vegetación propia que no hay que limpiar, por mucho que digan algunos eso de "esto pasa porque no se limpia la vegetación". Falso. Lo que hay que limpiar es la mierda que dejamos los humanos, sobre todo plásticos, que todos hemos podido ver acumulados y arrastrados estos días en los que los caudales se han multiplicado hasta por 50.
Hemos tenido la fortuna, en estas crecidas controladas, de hablar en general de daños materiales, no de daños personales, y entre esos daños materiales déjenme que opine sobre el revuelo que se ha montado con el "puente viejo" de Talavera, ese que en parte se ha llevado la gran crecida del Tajo. Es un claro ejemplo de cómo todos, incluso los ministros, nos dejamos arrastrar por la corriente, por la premura, por ser los primeros.
¿El llamado puente de viejo de Talavera es un símbolo para esa ciudad? Sí. ¿Hay que arreglarlo cuanto antes? Sí ¿Tienen que intervenir en esa rápida reconstrucción todas las administraciones? Sí. Pero, ¿ha generado en la ciudad un problema grave de movilidad? No. ¿Lo que se ha caído es un puente romano? No, es una remodelación hecha a finales del siglo XX. ¿El valor patrimonial de lo que se ha destruido es el de un puente romano? No. Pues eso, todo en su medida.
Pero, como diría aquella buena señora que se hizo famosa en la década de los 90, ¿a quién no le gusta un buen baptisterio romano? Pues eso. ¿A quién no le gusta un buen puente romano? En fin, me llamo Ángeles y estos son mis demonios.