
Ismael Moreno, en la sede de Madrija en Toledo, tras la entrevista concedida a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM.
Ismael Moreno, CEO de Madrija: "En unos años me gustaría estar en 12 o 15 países, algunos de ellos en América"
La compañía tecnológica celebrará el jueves su décimo aniversario con un gran acto en Toledo, donde mantiene su sede central.
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Desde Toledo para el mundo, Madrija Consultoría cumple ahora su primera década habiéndose consolidado como una de las firmas tecnológicas más punteras y con mayor proyección de Castilla-La Mancha.
Nacida en 2015, con sede principal en la capital regional y presencia también en Ciudad Real y Talavera de la Reina, además de en Barcelona y Zúrich (Suiza), esta empresa con alrededor de 100 empleados altamente cualificados se dedica al desarrollo e implantación de soluciones digitales para el ámbito sanitario y la Administración Pública, con una marcada vocación internacional.
Su gran éxito hasta la fecha es Enigma, una herramienta integral para servicios de cardiología implantada ya en decenas de hospitales de España y varios países de Europa. A través de la tecnología, permite mejorar la gestión, prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento e investigación de los problemas relacionados con el corazón. Pero Madrija también lidera otros proyectos relacionados con la gestión municipal o educativa.
Al frente de todo está Ismael Moreno (Daimiel, Ciudad Real), ingeniero informático con alma de emprendedor que no se conformó con una formación técnica, sino que al acabar la universidad quiso empaparse de una visión mucho más empresarial cursando varios másteres como el del Instituto de Empresa, un MBA en Comillas o un Programa de Desarrollo Directivo en el IESE.
Tras pasar por Sun Microsystems y coordinar durante más de una década el área tecnológica del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), Moreno reconoce a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM en esta entrevista que decidió dejar el sector público para apostarlo todo al emprendimiento pese a no tener un plan concreto, pero sí la convicción de que desde la región también se podían marcar hitos tecnológicos.
Tras una década de vida, Madrija ya ha demostrado que ese sueño podía hacerse realidad. Pero su ideólogo quiere más y ya está volcado en la conquista del mercado americano.

Un momento de la conversación entre Ismael Moreno y Alberto Morlanes.
Pregunta. Madrija cumple este año 2025 su primera década de vida, pero todas las trayectorias empiezan con un primer paso. ¿Cómo echó a andar esta compañía que ahora es referencia entre las tecnológicas de Castilla-La Mancha?
Respuesta. Cuando terminé la carrera de Ingeniería Informática, en 2001, la empresa Sun Microsystems, muy conocida en los años 90 por Java y por el boom de Internet, me envió a un proyecto en el recién creado Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM). Lo que iban a ser seis meses en Toledo se convirtió en una etapa de 13 años.
Ya en 2012, compatibilizándolo con mi trabajo en el SESCAM, lancé un portal llamado Adjudicaciones TIC, que recogía información de contratación pública. En 10 años se convirtió en líder del sector y vendimos nuestra participación tras expandirnos a varios países, como Italia y Portugal.
"Renuncié a mi plaza como interino del SESCAM y tuvieron que crear el documento porque nadie lo había hecho antes"
Después de ese primer hito empresarial, en 2015 consideré que mi etapa en el SESCAM había terminado, que era el momento de cambiar. Aunque era algo que nunca había planeado, en todos esos años ya me había convertido en interino de la administración. Como tenía claro que no iba a volver, renuncié formalmente a la plaza. Lo curioso es que tuvieron que crear el documento de renuncia porque nadie lo había hecho antes.
Dejé ese trabajo sin saber exactamente si me iría a una multinacional o a emprender, pero intuía que seguir en una gran empresa iba a ser más de lo mismo y también me preocupaba que pudieran pensar que había aprovechado mi paso por la administración para montar un chiringuito. Por eso, después de muchos años trabajando en sistemas, decidí crear mi propio proyecto, pero tenía que ser algo distinto. Ahora que han pasado 10 años miras atrás y ves muy claro que nació para crear software sanitario, pero la realidad es que no tenía un plan demasiado definido.
Aunque mi especialización era en sistemas, decidí meterme en desarrollo, que no era mi fuerte. Aplicando el sentido común, decidí enfocarme en lo que conocía: la tecnología sanitaria. La clave fue que conocí a un hemodinamista de Toledo que me habló de una base de datos antigua que utilizaban. Tiramos del hilo… y así comenzó todo. Así nació Enigma, la solución tecnológica de Madrija para servicios de cardiología.
P. Una década después, Madrija ha logrado presencia en decenas de hospitales y ha iniciado su internacionalización. ¿Cuál ha sido la clave de ese crecimiento?
R. Empezamos a desarrollar Enigma en 2016, justo cuando se estaba demandando una verdadera transformación digital en el ámbito de la cardiología y muchos cardiólogos comenzaban a buscar herramientas de gestión. Llegamos en el momento adecuado y un paso por delante de los demás. Gracias a eso, hoy estamos en más de 50 hospitales en España y hemos dado el salto internacional.
Para conseguirlo, diría que la clave ha sido hablar mucho con los clientes y desarrollar una solución muy adaptada a ellos. Incluso algunas farmacéuticas han dejado productos alemanes o belgas para trabajar con Enigma. Que nuestro software compita de tú a tú con soluciones de países como Suiza o Francia es, más que el beneficio económico, a lo que yo llamaría éxito y es lo que de verdad me reconforta.
Haber sido capaces de desarrollar este software en Toledo y en Castilla-La Mancha, porque también tenemos oficinas en Ciudad Real y en Talavera de la Reina, es uno de los mayores logros de Madrija.
P. ¿Cuál cree que es la ventaja competitiva de Enigma respecto a otras soluciones similares?

R. La flexibilidad. Enigma es un producto muy adaptable. Cada hospital tiene su propia versión, lo que supone un esfuerzo enorme para nosotros, pero ofrecemos un valor diferencial.
Otra ventaja es nuestra cercanía. No es habitual que una empresa extranjera pueda ofrecer soporte frecuente y presencial en hospitales de toda España. Nosotros sí lo hacemos. Tenemos oficinas que cubren diversas zonas y eso los clientes lo valoran mucho.
Y luego está la tecnología. Nosotros no fuimos los primeros en llegar, pero sí fuimos los first seconds (primeros segundos), que dirían los americanos. Aprendimos de los errores de las herramientas existentes y llegamos con una tecnología mucho más avanzada. Esa combinación nos ha dado una ventaja clara.
P. ¿Y qué posibilidades de escalabilidad tiene Enigma? ¿Puede aplicarse en otras áreas médicas o incluso fuera del sector salud?
R. Sí. De hecho, Enigma se ha convertido en un framework, un marco de desarrollo sobre el que estamos construyendo otros proyectos, tanto en sanidad como fuera de ella. Ahora mismo estamos empezando a abordar un sistema de neurología sobre la misma base.
Esto nos permite desarrollar con mucha agilidad, reutilizando entre el 60 % y el 70 % del código, independientemente de la especialidad clínica. Y también lo hemos aplicado en otros sectores: educación, turismo, gestión municipal… Hemos desarrollado proyectos, por ejemplo, para la Diputación de Toledo y la gestión de ayuntamientos. La base tecnológica es muy sólida y reutilizable.
P. Ya han dado el salto a otros países. ¿Qué planes tienen para continuar la expansión internacional de Madrija?
R. Sí, aunque no es tan fácil como parecía al principio. En Suiza, por ejemplo, fue sorprendentemente rápido: tres viajes a Zúrich y en dos meses hicimos la primera instalación de Enigma. Eso nos hizo pensar que podríamos conquistar Europa en dos años, pero la realidad es más compleja.
Los proyectos grandes que hemos implantado en Francia, Bélgica y también en Suiza han requerido muchísimo trabajo. Y desde 2019 también hemos impulsado iniciativas en Latinoamérica. Hemos mantenido contacto con muchísima gente en países como Colombia, Chile o Ecuador. Nos hemos reunido con muchos posibles socios, pero las cosas no han terminado de cuajar.
"En unos años esperamos estar operando en Estados Unidos y en algún país latinoamericano"
Recientemente, hace unas semanas, hemos estado con el ICEX (Instituto de Comercio Exterior Español) y Red.es en el Congreso Internacional eMerge, en Miami, que se está convirtiendo en un polo tecnológico y muchas empresas lo están utilizando como puerta de entrada no solo al mercado norteamericano, sino también a Latinoamérica.
En Miami hemos visto un ecosistema emprendedor completamente diferente al español: en inversión, en visión… El mercado americano es 100 veces mayor que el español. Hicimos una prospección con mucha ilusión, con la idea de iniciar el proceso de certificación necesario para operar en EE. UU., con estándares muy exigentes como los de la FDA (la agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos del Gobierno de los Estados Unidos). Mantenemos esa ilusión y esperamos que en unos años estemos operando tanto en Estados Unidos como en algún país latinoamericano.
P. Madrija es una empresa 100 % privada que colabora estrechamente con el sector público, especialmente en el ámbito sanitario. ¿Qué importancia tiene ese binomio?
R. Aunque nuestros clientes directos suelen ser grandes farmacéuticas como Abbott, Medtronic, Biotronik, Boston Scientific, Novartis o Philips, muchos de nuestros grandes proyectos están dirigidos al sector público. No solo en el ámbito sanitario, sino que en Madrija tenemos Educamos Castilla-La Mancha, la plataforma educativa regional, o el proyecto de turismo con la Junta. Sabemos hacerlo.
Se lleva más de una década hablando de colaboración público-privada, pero es ahora, en los últimos dos o tres años, cuando realmente está ocurriendo. Durante mucho tiempo, desde dentro del sector público se veía a la empresa como un mal necesario. Si se podía hacer algo con recursos propios, mejor. Eso ha cambiado radicalmente. Hoy hay mucha más colaboración.
Nuestra relación con los doce servicios de salud en los que trabajamos y con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha es inmejorable. Estamos promoviendo pruebas de concepto, proyectos de I+D con institutos de investigación, con el respaldo de la Junta. Un buen ejemplo es el CRID (Centro Regional de Innovación Digital) de Talavera de la Reina. Ya no se ve a la empresa como enemiga de la administración, sino como un aliado.

P. ¿Qué obstáculos siguen existiendo para que esa colaboración público-privada sea más ágil y efectiva? Se sigue lamentando generalmente de la lentitud en los trámites, el exceso de burocracia…
La burocracia se ha agilizado en los últimos años, pero yo vengo del sector público y conozco bien los procesos: el ciclo de venta de una oportunidad en el sector público puede llegar a ser muy largo. Por eso, en los inicios de Madrija nuestros clientes directos eran farmacéuticas. De no haber sido así hubiésemos muerto, claramente.
Realmente, el mayor escollo que veo ahora mismo es la legislación asociada a la seguridad. Cuando analizamos el mercado vemos muchas apps de salud que sabemos que van a morir por este motivo. Nosotros tenemos una cantidad de certificaciones muy exigentes que no se pueden ni imaginar.
"La IA debe regularse, pero hay que encontrar un equilibrio que no frene el desarrollo"
Y, por supuesto, el gran reto ahora es la legislación en torno a la inteligencia artificial. Las ventajas están claras y ningún médico las cuestiona, pero la cantidad de normativa que se está generando puede hacernos perder competitividad a nivel internacional. En países como Estados Unidos la regulación es más flexible. Aquí, obtener el marcado CE para un algoritmo de inteligencia artificial puede llevar años.
No digo que no deba haber regulación, porque estamos hablando de datos sanitarios, y deben protegerse con el máximo rigor, pero hay que encontrar un equilibrio que no frene el desarrollo ágil de nuevas soluciones.
P. ¿Qué está suponiendo la irrupción de la inteligencia artificial en una compañía tecnológica como Madrija?
R. Ya hemos comenzado a implementar algoritmos de inteligencia artificial, muchos a petición de los propios médicos. Pero no lo hemos hecho volviéndonos locos. Lo primero que hemos garantizado es una base de datos sólida y que se pueda recoger de forma precisa, para que los algoritmos aprendan de información fiable y realmente aporten valor.
La IA permite analizar bases de datos, artículos científicos, guías clínicas... y ofrecer apoyo al diagnóstico. El diagnóstico final siempre lo realiza el médico, pero el valor añadido es enorme. Nadie puede tener en su cabeza millones de artículos científicos, por muy inteligente que sea.
Esta tecnología también permite cruzar datos genéticos, antecedentes médicos o resultados clínicos, todo con evidencia científica. Gracias a ello vamos a poder acceder a una medicina más personalizada.

P. ¿Cómo está siendo la experiencia de mantener la sede en Castilla-La Mancha? ¿Supone una dificultad añadida respecto a las grandes ciudades a la hora de encontrar talento?
R. En Castilla-La Mancha tenemos los mismos problemas que a nivel nacional. Conseguir personal cualificado en tecnología es muy complicado. Muchas veces se anuncian nuevos puestos de trabajo, pero en realidad lo que ocurre es un trasvase de profesionales entre empresas.
Falta muchísimo personal tecnológico y para los trabajadores es una situación ideal: las condiciones salariales son muy buenas, cobrándose más que en otras profesiones como la propia medicina.
En Madrija podemos presumir de que tenemos una rotación muy baja en la plantilla, de en torno al 10 %, frente al 17 % del sector. Quiero pensar que es por cómo cuidamos a la gente.
"Madrija es casi una familia. Conozco a todos los empleados por su nombre y apellido"
P. Precisamente, la atracción de talento también pasa por cuidar a las personas. ¿Cómo lo hacen en Madrija?
R. Suena un poco pedante, pero sigo creyendo que Madrija es casi una familia. Conozco a todos los empleados por su nombre y apellido. Y, en muchos casos, también conozco a sus familias.
Mantenemos un modelo híbrido de trabajo, el 2+3 (dos días en oficina, tres en remoto), pero nunca hemos sido partidarios de eliminar completamente la presencialidad. Nos gusta que se genere equipo. Hacemos muchos eventos corporativos, como carreras o actividades de team building, que son de lo más valorado en las encuestas internas de satisfacción.
Además, hemos alcanzado un nivel salarial competitivo respecto a empresas mucho mayores. Todos los empleados tienen un sistema de retribución variable ligado a los beneficios de la empresa, independientemente de su puesto: jefes de proyecto, auxiliares administrativos, directores de área… Todo el mundo participa. La idea es que si la empresa va bien, va bien para todos.
También tenemos beneficios sociales: seguro médico, día libre adicional cuando es el cumpleaños… Detalles pequeños que, sumados, marcan la diferencia.
P. ¿Con cuántos trabajadores cuenta Madrija actualmente?
R. Ahora mismo, en todo el grupo -porque estamos creando un ecosistema de empresas, como Neuronia, centrada en el ámbito de la neurología- somos unas 100 personas. De todos esos empleados, en torno al 85 % se han formado en Castilla-La Mancha.
Además, acabamos de ganar varios proyectos de gran envergadura, por lo que vamos a tener que incorporar a unas 20 personas más. Así que seguimos creciendo. Parar la máquina es ahora mismo muy complicado.
"Incorporamos perfiles no informáticos cuando los médicos nos empezaron a decir que no nos entendían
P. ¿Qué perfiles profesionales componen el equipo humano de Madrija?
R. Históricamente, en Madrija hemos contratado sobre todo ingenieros informáticos o personas con Formación Profesional en módulos de informática. Hasta hace dos o tres años, ese era nuestro único perfil. Pero empezamos a recibir comentarios que nos tachaban de ser "demasiado tecnológicos". Hablábamos con médicos que nos decían: "No nos entendemos. Vosotros habláis un lenguaje y nosotros otro".
A raíz de eso, empezamos a incorporar otros perfiles, especialmente ingenieros biomédicos, que encajan perfectamente en la plantilla. Son ingenieros, pero con formación en asignaturas de la rama clínica. Ya hay tres incorporaciones de este tipo en el equipo.
Ahora mismo también contamos con bioquímicos, químicos, matemáticos… Perfiles que complementan ese discurso más sanitario.
La media de edad en la empresa ronda los 31 años, y eso incluye al CEO. Yo soy literalmente el mayor de la empresa (ríe).
P. Este jueves Madrija va a celebrar en Toledo su décimo aniversario con un gran evento social. ¿Qué nos puede adelantar?
R. Que va a ser un evento, sobre todo, de agradecimiento. Muchas empresas celebran los 25 años o incluso los 100, pero nosotros creemos que el décimo aniversario es el momento perfecto para dar las gracias a quienes han estado con nosotros desde el principio: socios, partners, colaboradores… Hay mucha gente alrededor del ecosistema Madrija que nos ha apoyado desde el día uno.
Queremos compartir ese éxito con ellos y agradecer su confianza. También es una oportunidad para que nuestros clientes conozcan a las personas que están detrás de los proyectos. Todavía hay quienes piensan que somos 10 empleados.
Este evento es una forma de que todos -empleados, clientes, partners- se conozcan y conecten. De momento, ya hay más de 100 confirmados solo de empresas, sin contar medios de comunicación. Es un reconocimiento que nos alegra muchísimo.

P. ¿Cómo imagina Ismael Moreno a Madrija en el vigésimo aniversario de la empresa?
R. Lo que más me ilusiona ahora mismo es la internacionalización. Ser número uno en Suiza, como lo somos ahora, no ha sido fácil. Pero tengo esa espinita de crecer en más países. Ya estamos trabajando en un proyecto gigante que cubrirá toda Francia, y eso puede abrirnos muchas puertas en Europa. De hecho, estamos firmando un contrato marco para ampliar a otros países del continente. No me atrevo a predecir el número de empleados que tendremos entonces, pero sí me gustaría que pudiéramos decir que estamos presentes en 12 o 15 países, algunos de ellos en América.
Una vez te pones a crear, es difícil parar. De hecho, más allá de Neuronia, acabamos de lanzar una plataforma para el modelado de rehabilitación de viviendas. Y no descarto crear más empresas o incluso adquirir otras, lo cual también estamos evaluando.
Hay un proyecto nuevo muy ambicioso y confidencial en marcha, que no tiene nada que ver con nuestra misión inicial. Pero si algo he aprendido es que muchas empresas evolucionan de forma inesperada. Lo importante es saber adaptarse.
"No soy de los jefes que dicen que llegan los primeros y se van los últimos, pero tengo el mismo ímpetu que cuando empecé"
La energía la sigo teniendo. No soy de los jefes que dicen que llegan los primeros y se van los últimos, pero sí que tengo el mismo ímpetu que cuando empecé. Hago entre 20 y 25 viajes al año, más los congresos -como el reciente en Miami- y me sigue encantando lo que hago.