El CD Toledo abrirá el fuego del play-off este domingo a las 12:00 horas en el estadio de Son Malferit ante el Atlético Baleares. Desde que salió la bola del equipo balearico este lunes en el sorteo de La Ciudad de Fútbol de Las Rozas, quedó patente que este rival no estaba en los primeros lugares de la lista de preferencias.

Además del buen momento deportivo que atraviesa el equipo desde la llegada del hellinero Josico al banquillo -ha colado al final al equipo cuarto clasificado sumando 20 puntos de los últimos 27 posibles- de los tres escenarios posibles -Cartagonova, Pasarón y Son Malferit- el campo isleño es el que menos gustaba

Y es que desde que el equipo palmesano tuviese que abandonar el Estadio Balear por problemas estructurales, ha hecho de esta ciudad deportiva propiedad de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares su campo a cambio de una serie de reformas. Allí, sin ir más lejos, ambos conjuntos se enfrentaron en Copa Federación en la temporada 2014/2015 en una eliminatoria en la que los verdes se trajeron un 0-1 en la ida pero que se les escapó con un 1-2 en el Salto del Caballo.

El principal hándicap para el CD Toledo es la superficie sintética. A nadie se le escapa que esta circunstancia es ventajosa para los locales, mucho más acostumbrados, pero por otra parte tampoco hay que olvidar que los capitalino han hecho muy bueno partidos esta temporada en lugares como el  Navalcarnero, La Palma o Socuéllamos, de características similares a Son Malferit.

Además, por su condición de Ciudad Deportiva, este campo apenas tiene capacidad para un millar de espectadores. En este sentido, el Atlético Baleares ya está estudiando la posibilidad de instalar gradas supletorias con las que ampliar este aforo.

Sin duda, dos circunstancias que tienen que ver con el escenario y que marcan la primera escaramuza del CD Toledo en este play-off.