Imagen de un niño sufriendo acoso escolar.

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Educación y Universidad

Una profesora de Toledo sobre el bullying: "No se soluciona cambiando solo a la víctima de clase o de colegio"

200 estudiantes se han concentrado este martes en la plaza de Zocodover de Toledo contra el acoso escolar.

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La reciente muerte de Sandra, una niña de 14 años que se quitó la vida tras sufrir acoso en un colegio de Sevilla, ha reavivado el debate del bullying en las aulas de nuestro país. Con este hilo alrededor de 200 estudiantes se han concentrado este martes en Toledo contra el acoso escolar bajo el lema 'Sandra no te olvidamos'.

Según el último informe PISA de la OCDE y UNICEF, el 6,5 por ciento del alumnado sufre acoso con frecuencia en España y un 15,8 % lo padece al menos varias veces al mes. Además, el Ministerio de Educación señala que el impacto de las redes sociales y herramientas digitales como la inteligencia artificial han multiplicado los casos en los últimos años.

Los datos sitúan a España entre los países con mayor incidencia a nivel mundial. El VII Informe de Fundación ANAR y Mutua Madrileña dictamina que el 12,3 % de los estudiantes afirma haber sido víctima de acoso escolar y que el 70% de los casos graves ocurren en la franja de edad de 11 a 12 años, afectando especialmente a las chicas.

Este contexto de alarma social se refleja también en Castilla-La Mancha. María (nombre ficticio para proteger su identidad), una joven profesora en un colegio infantil de un pueblo de Toledo pone sobre la mesa una reflexión: "El bullying no se soluciona cambiando solo a la víctima de clase o de colegio", afirma en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha.

Tras detectar un caso de acoso en un centro educativo, la práctica habitual es optar por ese traslado de la víctima de clase, algo que para la docente toledana "es solo un parche que perpetúa el dolor mientras los agresores permanecen intactos".

Son muchos los factores que propician este tipo de situaciones, uno de ellos es la sobreprotección familiar. "Muchos padres creen que su hijo no puede tener problemas de comportamiento y eso limita nuestra capacidad para actuar", alerta María, que deja claro que el colegio no puede ejercer la función paternal, pero sí acompañar y alertar ante problemas graves, especialmente de salud mental.

A este respecto, esta docente percibe una brecha entre el colegio y las familias que complica la colaboración y la intervención rápida frente al acoso escolar.

"Muchos docentes pasamos más tiempo con los alumnos que sus propios padres y detectamos cómo socializan y gestionan sus emociones. Sin embargo, en ocasiones, cualquier crítica constructiva es recibida con rechazo por parte de las familias", subraya.

En España y de igual forma en Castilla-La Mancha se están reforzando los protocolos de prevención, formación de docentes y campañas de sensibilización, pero sindicatos como CSIF insisten en que aún faltan recursos y mayor atención psicológica.

Desde su experiencia en cursos de infantil, María pone el foco en dichas etapas. "La prevención debe empezar en edades tempranas, trabajar los valores en clase y dar charlas de concienciación no solo a los alumnos y profesores sino también a las familias".

En colegios de zonas rurales esta problemática puede verse agravada por la falta de otras alternativas y la falta de recursos. Sea como sea, los datos de acoso escolar en nuestro país exigen una respuesta urgente.

Para la profesora toledana este problema educativo y social no se soluciona con medidas superficiales y temporales. "Hay que implicar a toda la comunidad, combinar grupos de trabajo, contagiar buenas prácticas y fomentar la empatía", concluye.