Portada del Covento de Trinitarios, hoy en la Alhóndiga, a comienzos del siglo XX.

Portada del Covento de Trinitarios, hoy en la Alhóndiga, a comienzos del siglo XX.

Cultura

La historia oculta de una puerta desconocida para la mayoría de vecinos de Toledo

Perteneció al convento trinitario situado antiguamente en la Plaza de San Marcos, pero posteriormente fue trasladada a otro lugar de la ciudad. 

19 febrero, 2024 17:45

Robert Gillon fue un influyente político belga -llegó a ser presidente del Senado de su país hasta en tres ocasiones-, pero también un fotógrafo enamorado de España que inmortalizó la ciudad de Toledo en varias ocasiones

Su primera visita documentada, según relata el blog 'Toledo Olvidado', data de 1912, cuando contaba con tan solo 28 años. Pero a lo largo de su vida logró estampas de notable belleza en los lugares más emblemáticos de la capital, algunos de los cuales han pasado a la historia. 

Es el caso del convento trinitario situado donde hoy está el Quiosco de Caracena, un establecimiento hostelero ubicado en la Plaza de San Marcos. Allí fotografió, a comienzos del siglo XX, la portada del templo y, aunque el convento ya no existe, esta fue trasladada a otro lugar de la ciudad. 

Actualmente la puerta se encuentra en la Alhóndiga, una construcción islámica de principios del siglo XVII situada en la calle Gerardo Lobo. 

Además, el político también imortalizó otros monumentos de gran interés, como la Catedral, la Iglesia de San Andrés, el Palacio de Inés de Ayala o el Convento de Santa Isabel, retratando la ciudad en momentos muy diferentes. 

Sobre Paul Gillon

Robert Paul Raymond Gillon nació en Courtrai/Kortrijk (Bélgica) el 10 de diciembre de 1884 y falleció en la misma ciudad el 25 de julio de 1972. Aunque fue abogado de profesión, doctor en derecho por la Universidad de Gante y presidente del Colegio de Abogados de Kortrijk, su biografía quedó marcada especialmente por tu trayectoria política.

Tal y como cuenta 'Toledo Olvidado', Gillon mostró desde joven un gran interés por España, sus gentes, sus paisajes, sus monumentos y sus tradiciones. Con el tiempo fue reconocido como un destacado hispanista, como fruto de sus numerosas publicaciones y estudios, resultado de sus frecuentes visitas a nuestro país, al que llegó a conocer en profundidad.

De hecho, publicó varios libros de gran interés sobre España magníficamente ilustrados con sus excelentes fotografías, entre los que cabe destacar Visions d’Espagne et de Lusitanie (Courtrai, 1910) y la aclamada serie de libros titulada Silhouettes espagnoles, compuesta por cinco volúmenes (Bruselas, 1949-1955).