Mario Gila, durante un partido con el Real Madrid Castilla.

Mario Gila, durante un partido con el Real Madrid Castilla. AFP7 / Europa Press

Fútbol COPA DEL REY

El momento de Mario Gila: el central del Real Madrid que ha sabido esperar

Fichado en 2018 para el Juvenil A desde el Espanyol, el capitán del Castilla, cuando no está Antonio Blanco, tuvo ofertas para salir este verano.

19 enero, 2022 13:43

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La plaga de problemas físicos en la zaga del Real Madrid se ha convertido en una oportunidad para una de las zonas del campo de fútbol donde La Fábrica tiene más talento. Si hace nada le tocaba a Rafa Marín, la gran explosión de la temporada en el Castilla, este jueves tendrá su momento Mario Gila (Barcelona; 2000). En un año en el que cumplirá 22, algo tarde para el ritmo al que va el deporte en la actualidad, Carlo Ancelotti le dará lo que llevaba tiempo esperando.

La paciencia no abunda y menos cuando se ve debutar, y asentarse, en las principales selecciones del mundo a jóvenes de 17 o 18 años. El jugador ya disputó un amistoso en la pretemporada ante el Rangers y se postuló como cuarto central del equipo si Jesús Vallejo decidía salir. Gila sí tuvo ofertas para adentrarse en las principales divisiones del fútbol europeo, pero tomó la decisión de seguir en la entidad a pesar de que estuviera enrolado en el Castilla. El contrato no es un problema ya que tiene vinculación hasta 2024.

La progresión del futbolista ha sido meteórica, ya que se lo ha tenido que ganar con creces. Llego al Juvenil A procedente del RCD Espanyol en 2018, tras solo una temporada en el conjunto perico que le resultó procedente de la Damm. Poco tardó en llegar al Castilla tras la reestructuración de 2019 con Raúl al frente, y hasta ahora ha sido de los jugadores con mejor rendimiento para el histórico delantero madridista. El nivel que tiene esta parte del campo del filial merengue ha hecho que González apueste por una línea de tres centrales de la que Gila es el jefe.

Mario Gila, durante un partido con el Real Madrid Castilla.

Mario Gila, durante un partido con el Real Madrid Castilla. AFP7 / Europa Press

El salto al primer equipo es difícil, pero tiene espejos en los que mirarse de jugadores que han llegado a la máxima categoría e incluso después han acabado regresando al Real Madrid. En el caso de Gila, es el prototipo de central que tarde o temprano encuentra su hueco en categorías superiores. En otros tiempos los centrales de la Primera RFEF eran toscos y se limitaban a quitarse el balón de encima; Gila es lo contrario, nunca rifa la pelota, pero eso no le hace estar exento de la contundencia típica de los centrales, necesaria para hacerse respetar en una categoría tan compleja.

Aprovechar la oportunidad

El catalán no es un central que llame la atención por su elegancia, su clase con el balón en los pies o su juego vistoso sino que es un zaguero de los que destaca por su sobriedad, su seguridad, su eficacia, su contundencia y su inteligencia táctica. Su estatura es de 1,85 metros, dispone de un buen juego aéreo y de un físico notable como ha demostrado en Primera RFEF ante jugadores más curtidos y experimentados. Suele jugar en el perfil derecho de la defensa.

Después de las salidas de Sergio Ramos y Raphaël Varane, además de la incorporación de David Alaba, en verano se abrió en el Real Madrid un nuevo periodo en el centro de la zaga. Algunas voces en los despachos señalaron hacia Gila, que se probó en pretemporada. El joven futbolista ya comienza a circular por la órbita del primer equipo otra vez y el objetivo es aprovechar esta oportunidad para asentarse de forma definitiva en la entidad.

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