El Real Madrid ha necesitado tan solo un fin de semana, largo eso sí, para demostrar la ineptitud de LaLiga y el atropello al que es sometido de forma constante. Sin embargo, esta vez ha ido demasiado lejos, ya que no solo se ha puesto en juego el rendimiento deportivo del equipo, como se hace habitualmente con los arbitrajes, sino también la seguridad y la integridad de toda la expedición blanca que viajó hasta Pamplona. 

La ruta del Real Madrid rumbo a El Sadar es ya uno de los capítulos más oscuros de la historia de LaLiga y que ha dejado imágenes dantescas como un equipo encerrado en un aeropuerto durante horas o un partido que no se debía haber jugado en un campo impracticable. No obstante, el equipo madridista ha aceptado todos y cada uno de los caprichos de la organización y hasta algunos jugadores como Kroos asumieron que el estado del césped no era excusa para el resultado obtenido. Quizás eso no, pero el resto de la historia es realmente vergonzosa. 

El Osasuna - Real Madrid que se disputó el pasado sábado es un partido que nunca se debió jugar porque Filomena, un temporal histórico que ha dejado nevadas asombrosas y temperaturas gélidas en buena parte del país así lo demandaba. El fútbol no es lo más importante en la vida, antes está sobrevivir, la seguridad de las personas y el hecho de no ser tratados como marionetas, algo que muy bien retrató Courtois tras el duelo contra los rojillos

Thibaut Courtois, durante el partido frente a Osasuna LaLiga

LaLiga obligó al Real Madrid a viajar el viernes hasta Pamplona para disputar un partido que, de ninguna forma, tenían pensado suspender, algo que sí hicieron con el Atlético de Madrid - Athletic, por ejemplo, después de tener al equipo bilbaíno dando vueltas en pleno vuelo a merced de un tiempo espantoso. Los 'leones' no pudieron aterrizar en Barajas y tuvieron que regresar a Bilbao. En Barajas estuvo durante más de cuatro horas el Real Madrid encerrado, hasta que al final el piloto de la nave dio luz verde a comenzar el viaje. Un auténtico despropósito que ha ido mucho más allá de lo deportivo porque se han puesto en riesgo cosas que es mejor ni nombrar debido a su gravedad. 

El aeropuerto madrileño comenzó a cancelar todos sus vuelos debido al mal tiempo y, en un momento de duda alarmante, se autorizó a que el Madrid pudiera despegar por fin rumbo a Pamplona, tal y como ha confirmado el ministro Ábalos. Entre vuelo y vuelo cancelado, mandamos al Real Madrid a la aventura por expreso deseo de LaLiga. Es verdaderamente deleznable. Finalmente, la travesía por el infierno helado tuvo final feliz y los blancos pudieron aterrizar en Pamplona sanos y salvos. 

Gravemente perjudicados

Con ese panorama que habían vivido se presentó el Real Madrid en Pamplona, además de con la incertidumbre de si se podría jugar el choque debido a las intensas nevadas que estaban previstas en Pamplona durante toda la tarde. Mientras tanto, Osasuna se tomaba como una ofensa que alguien pudiera dudar de la celebración del encuentro, como si se les estuviera echando la culpa de un temporal histórico por falta de trabajo. Nada más lejos de la realidad. 

Así retiraban la nieve antes del Osasuna - Real Madrid

Ante la cancelación del Atlético de Madrid - Athletic, la entidad blanca planteó a LaLiga, esa organización que les había obligado a viajar a Pamplona con la que estaba cayendo, la posibilidad de jugar a las 16:15, momento para el cual no se esperaban nevadas y en el que el terreno de juego no habría estado congelado. De esa forma, el césped estaría mejor y el Madrid tendría más opciones de, al menos, jugar el partido en condiciones dignas. El máximo estamento de la competición se negó en redondo y el partido se tuvo jugar con el césped completamente helado y con el personal de Osasuna trabajando a destajo para retirar la nieve y calentar el campo como buenamente podían. 

Finalmente, el partido no dio para casi nada en un terreno de juego casi impracticable, castigado por el temporal Filomena y que le costó al Real Madrid dos puntos en la lucha por el campeonato. Tras el encuentro, como era de esperar, Zidane estalló en rueda de prensa por todo el esperpento vivido en las últimas ahora. Aunque no sería el final de la historia. 

Viaje directo a Málaga

Las consecuencias de que el Real Madrid tuviera que viajar a Pamplona no fueron solo exponerse a un viaje indeseable y a perder puntos en un campo que no reunía las condiciones mínimas para jugar, sino que se han visto multiplicadas en las últimas horas. El aeropuerto de Barajas sigue colapsado y bloqueado por el temporal, por lo que la expedición madridista no ha conseguido regresar aún a la capital de España. Ni lo va a hacer.

Sergio Ramos, en la llegada a Pamplona

 El desastre de LaLiga y el mal tiempo han obligado al Real Madrid a cambiar sus planes en una semana clave, cuando se disputa el primer título del año. El equipo blanco no ha podido ni podrá regresar a Madrid y, tras pasar tres noches en Pamplona, tendrá que volar directamente hasta Málaga, donde el jueves afronta las semifinales de la Supercopa de España. La entidad madridista se ha visto obligada a tomar una decisión de emergencia y tendrá que coger un vuelo directo a la ciudad malagueña sin pasar por casa.

De nuevo, el equipo blanco se vuelve a ver perjudicado de forma deportiva e institucional, ya que ha tenido que preparar in extremis una 'mini concentración' en Málaga, buscando terrenos de juego para poder entrenar estos días, y siendo víctima de un atropello como no se recuerda. Al equipo blanco solo le queda el consuelo de que en unos días podrá pelear por un título para quitarse el mal sabor de boca de lo vivido estos días. Para ello, deberá ganar al Athletic en Málaga y viajar a Sevilla, donde le esperará el ganador del Real Sociedad - Barça

[Más información: El Real Madrid, atrapado en Pamplona: no puede volver y viajará directamente a Málaga]

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