Salah, durante la final de la Champions. Foto: Twitter (@LFC)

Salah, durante la final de la Champions. Foto: Twitter (@LFC)

Fútbol

El demoledor dato del Liverpool tras la lesión de Salah

El extremo egipcio fue el primer jugador de los 22 que saltaron al terreno de juego al inicio de la final de la Champions League. Salah se lesionó en el minuto 25 y acabó abandonando el partido en el 30'. Hasta ahí, los reds habían intentado nueve remates; después de eso, ninguno.

26 mayo, 2018 21:52

Noticias relacionadas

La relevancia de Mohamed Salah en el Liverpool es máxima. Por algo el egipcio se ha erigido esta temporada como uno de los mejores jugadores del mundo. Su velocidad y su acierto de cara a gol han llevado al conjunto de Merseyside hasta la final de la Champions League. Actuaciones como la de Anfield ante el Manchester City o la Roma le han convertido en toda una realidad. Ni rastro queda ya de aquel futbolista rapidísimo, que era incapaz de concretar las ocasiones que se generaba.

Desde que Jürgen Klopp le reclutó para el conjunto red, el rendimiento de Salah ha experimentado un crecimiento meteórico y, a día de hoy, los grandes equipos de Europa piensan en él para reforzar sus plantillas. Su ausencia ha sido muy notable en la final de Champions. En la primera mitad del encuentro, 'El Faraón' se ha visto obligado a dejar el césped por una lesión en el hombro, tras un lance del juego con Sergio Ramos y el Liverpool ha notado, de inmediato, estar sin su principal estrella.

Las lágrimas de Salah tras su lesión

Las lágrimas de Salah tras su lesión

LA IMPORTANCIA DE SALAH

El comienzo de los ingleses ha sido demoledor. Klopp ha concienciado a los suyos de que un buen comienzo era vital, si querían tener opciones ante el conjunto blanco, y sus pupilos han respondido. Durante el tiempo que el egipcio ha estado en el rectángulo de juego, los reds han disparado nueve veces a puerta. Sin embargo, en cuanto este ha sido sustituido, la afluencia de disparos ha caído en picado. Ni en una sola ocasión han conseguido chutar entre los tres palos hasta el descanso. Un dato demoledor, que habla a las claras de su relevancia.