La Supercopa de España disputada entre Barcelona y Real Madrid el pasado mes de agosto dejó una imagen muy polémica. Con empate a uno en el partido de ida, jugado en el ​Camp Nou, Cristiano Ronaldo saltaba desde el banquillo y marcaba un auténtico golazo. Minutos después, el atacante portugués era derribado por Samuel Umtiti en el borde del área, y fue entonces cuando Ricardo de Burgos Bengoetxea decidió cargarse el partido.

El árbitro vasco se inventó un piscinazo del Balón de Oro y le mostró la segunda amarilla, ya que la primera se debió a su celebración sin camiseta. En diez minutos Cristiano había marcado un golazo y expulsado injustamente. Lógicamente, esto no le sentó nada bien a Cristiano, que empujó levemente al colegiado. Aquí la polémica adquirió un matiz mayor. El futbolista fue sancionado con cinco partidos, mientras que el trencilla no sufría ningún neverazo.

AUTOCRÍTICA​

Meses después, De Burgos Bengoetxea parece haber rectificado. En una entrevista concedida a MARCA, el árbitro admite que "se podía haber mejorado en situaciones", y afirma entender las críticas: "Son situaciones que no las esperas, que crees que el desenlace había sido mejor de lo que fue. Un partido más, con repercusión mundial, del que saqué conclusiones para mejorar".

Eso sí, el colegiado afirma que no ha "coincidido con Ronaldo. La Liga la componen veinte equipos". Cuestionado por si volvería a pitar un Clásico, es claro: "Trabajaré para ello. No lo tengo marcado. Si llega, bien, pero prefiero la final de Copa".