Adiós al micro USB, el tipo C le ha ganado la batalla

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Los tipos de USB-C y sus diferencias: todo lo que necesitas saber

Aunque el USB-C es una realiad entre nosotros, existen varios tipos y diferencias entre unas conexiones y otras. Hoy os la explicamos todas.

25 abril, 2017 17:57

El USB tipo C, el nuevo estándar de USB para Android y demás dispositivos es una realidad a día de hoy. Pero hay varias «versiones» de este tipo de conexión. ¿En qué se diferencian?

No fue hasta hace relativamente poco que por fin dejamos atrás el micro USB, la conexión tradicional de Android para abrazar el USB-C, una tecnología mucho más rápida y renovada. Y, si bien es algo desconocido, existen varias versiones de este tipo de conexión calificadas por su compatibilidad y por su velocidad de transferencia. Y por ello, para que no te tomen el pelo con este tema, vamos a explicarte las distintas variantes que existen sobre este tipo de USB.

USB 1.0, 2.0, 3.0 y 3.1. ¿Qué son?

(USB-C del Samsung Galaxy A5 2017)

Seguro que a la hora de comprar un teléfono por internet, en la descripción habrás visto que, si tenía USB-C, probablemente ponía una numeración tipo 1.0, 2.0 o algo así. Son las diferentes versiones del estándar de USB que trae consigo el tipo la nueva generación de esta conectividad, junto al nuevo USB-C. Aunque el conector es físicamente idéntico, es el protocolo el que cuenta con con diferencias palpables, sobre todo en lo que respecta a compatibilidades unas con otras. Por ejemplo, el conector de un OnePlus 2, el cuál es 2.0 no es compatible con un cable USB-C 3.0.

El conector tipo C es sólo el conector, y la numeración son los estándares que usan para sus velocidades y sus protocolos, por lo que el que tenga USB-C no influye más que en sus características principales, como que es reversible y tiene mayor tasa de trasnferencia. Son los protocolos los que mueven las diferentes velocidades y sus capacidades de carga.

Veamos las distintas características de cada uno de estos protocolos.

USB 1.0

Técnicamente, la primera versión usada de este estándar fue la 1.1, capaz de alcanzar una velocidad de transferencia máxima de unos 12Mbps. La ventaja del plug and play lo popularizó e inició la senda a la conversión de este tipo de tecnología, dejando la tradicional micro-USB atrás. Es el estándar USB que montan dispositivos algo más antiguos, aún teniendo USB-C.

USB 2.0

Es la versión más extendida, pues fue su época de mayor estandarización. Su velocidad de transferencia aumenta hasta unos más que decentes 480Mbps, y aunque existen otras tecnologías más rápidas como la UFS, su uso está muy proliferado por las gamas con tecnología de carga rápida incluida, debido a su capacidad de cargar dispositivos con una potencia de 2,5W (5V y 500 mAh).

USB 3.0

Este es el USB que montan prioritariamente gamas altas como el OnePlus 3. Es, por compatibilidad, la opción más recomendable a la hora de elegir un USB-C que queramos para nuestro dispositivo, debido a la ingente cantidad de 5Gbps que es capaz de transferir. Su capacidad de carga aumenta hasta los 4,5W (5V y 900 mAh).

USB 3.1

Es básicamente una actualización para doblar algunas de sus características, y son «pocos» los dispositivos que lo tienen actualmente instalado. Por ejemplo, se dobla la cantidad de transferencia hasta los 10Gbps, lo cual es una auténtica animalada. Su potencia máxima pega el salto hacia los 100W, requiriendo solo 5V para funcionar. De ahí que los nuevos MacBook de Apple se carguen mediante esta tecnología, similar a lo que ocurre con los discos Seagate de última generación.

Que lleve USB-C no implica que sea 3.0

Hay que hacer un matiz importante. Que el dispositivo lleve USB-C no está ligado a que posea un estándar 3.0. Es una creencia bastante extendida que se ha ido desmintiendo hace poco. De hecho, es sabido de gran cantidad de dispositivos que, al tener un USB-C, a la hora de venderlos se incluía en su descripción que tenía el estándar de 3.0, sin ser el caso.

Mira bien antes de comprar

La diferencia radica en las compatibilidades de cada uno de estos estándares. Primero, es peligroso usar cables USB-C baratos o que tengan características incompatibles con tu dispositivo. Por otra parte, no esperes cargar un dispositivo con USB 2.0 con uno 3.0, puesto que te será imposible. Lo más recomendable es que, si se te rompe el cargador, recurras a recambios originales para evitar algún tipo de suceso explosivo. Perdón por el chiste…

En este caso, los recambios originales son la mejor opción

Y por último, deciros que, aunque sea algo un poco complicado de asimilar debido a que nos hemos pasado casi toda la vida en Android con el micro-USB tradicional, es totalmente recomendable pasar al USB-C por todas las ventajas que aportan respecto a sus antecesores. Mayor velocidad de carga, de transferencia y, aunque parezca un detalle estúpido, el que sea reversible es genial. Cuando vengáis ciegos perdidos de fiesta por la noche y pongáis vuestro móvil a cargar, agradeceréis no tener que preocuparos mucho por acertar en la conexión.

¡Viva el USB-C!