La realidad detrás de la muerte de un móvil

La realidad detrás de la muerte de un móvil

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La realidad detrás de la muerte de un móvil

Os contamos lo que pasa cuando cambiamos de teléfono móvil, no con el smartphone que compramos, sino con el que dejaos de utilizar.

21 noviembre, 2018 14:59

Los teléfonos móviles se han convertido en los dispositivos electrónicos más usados del planeta. Hay ya más unidades que personas, aunque eso se deba a que cambiamos con mucha frecuencia de modelo y no siempre se acaba reciclando un terminal. Esto implica un gran impacto medioambiental producido por los recursos necesarios para fabricar y destruir estos smartphones.

De hecho, en España sólo uno de cada tres usuarios lleva su móvil antiguo a reciclar cuando se compra uno nuevo, aunque eso tiene varias explicaciones.

La segunda mano es una forma de ser ecológico

Uno de los motivos por los que muchas personas no reciclan sus móviles es porque cuando cambian a otro modelo a veces lo hacen por motivos que no implican que el antiguo deje de funcionar. Esto hace que puedan o bien venderlos de segunda mano o bien regalarlos a familiares.

Esto hace que la entrega de un móvil en un punto de reciclaje no sea tan inmediata como puede ser con un ordenador roto o una tele que ya no funciona. Obviamente en el caso de que un móvil deje de funcionar y no vayamos a repararlo sí que deberíamos llevarlo a un sitio en el que se puedan recuperar algunos materiales.

Materiales peligrosos que pueden ser reutilizados

Uno de los motivos por los que se hace hincapié en el reciclaje de los smartphones es porque son dispositivos que usan mucho el aluminio, el cobre y el cobalto, tres metales que son caros de extraer de la tierra y que potencialmente podrían ser contaminantes.

En los Puntos Limpios de cada ciudad se pueden entregar los móviles que no usemos o que sepamos que no funcionan para que se despiecen y se reutilicen los materiales de los que se han fabricado.

Una tonelada por persona

Entre la comunidad geek es muy común cambiar cada poco tiempo de móvil y no nos paramos a pensar qué supone eso para el medio ambiente. En 25 cambios necesitamos consumir una tonelada de recursos naturales para fabricar esos smartphones.

Es un problema pues el no destruir estos dispositivos de la forma más adecuada, dado que la contaminación que provocan es mucho mayor, en relación a su tamaño, que otros aparatos electrónicos.