Cómo un accesorio de 1 euro cambió mi forma de usar el móvil

Cómo un accesorio de 1 euro cambió mi forma de usar el móvil

Accesorios

Cómo un accesorio de 1 euro cambió mi forma de usar el móvil

No hace falta gastarse mucho dinero para tener un accesorio útil para tu móvil. Así lo demuestra este sencillo atril: 1 euro que cunde más de lo que parece.

24 septiembre, 2017 16:04

Os enseñamos muchos accesorios útiles para nuestros pequeños ordenadores de bolsillo aquí en El Androide Libre, pero hoy quiero mostraros cómo uno tan sencillo y barato ha hecho que use más y mejor mi móvil.

Hay accesorios de todo tipo, desde los más tradicionales como una funda que se reinventan para tener características extra como una batería supletoria, mayor resistencia u otras cosas raras. A veces nos encontramos con accesorios más «tecnológicos» y muy útiles como los cargadores inalámbricos. Pero tampoco hace falta gastarse mucho ni en exceso mucho para tener un accesorio para móvil muy útil.

Un trozo de plástico que soporta tu móvil

Ya ves tú qué tontería, ¿no? Un pequeño trozo de plástico que hace de atril para sujetar el móvil. Lo vi en un bazar durante mis vacaciones este verano y pensé lo mismo. Un euro era su precio y tampoco le veía utilidad, pero sabía que con lo que uso yo el móvil (bastante) seguro que alguna le encontraba. Si no, era un euro.

Desde entonces, este accesorio para móvil, que no deja de ser un pequeño trozo de plástico, no se ha separado de mí. Me acompaña en viajes y por toda la casa, y la verdad es que lo que ofrece, aguantar el móvil, es algo que se agradece.

Ya sea porque vas en un autobús o un tren y quieres ver una serie/película sin sostener todo el rato el móvil o teniéndolo dando vueltas por la bandeja o tus piernas. Dentro de casa, da igual si voy a estar en la cocina o en el cuarto, útil siempre.

Ya sea para colocar el móvil en según que superficies o para ver mejor una serie de tu mesilla, un soporte es algo muy útil.

En la cocina muchas veces hay superficies sucias o grasientas por el propio ambiente de haber estado cocinando. Colocar tu móvil ahí no suele gustar. aunque con un soporte como este puedes hacerlo sin problemas. Hablando de cocinar, algunas veces tengo que comer solo, pero la soledad es menor si tengo mi móvil reproduciendo Netflix en horizontal y no tumbado en la mesa sino mirándome. Mismo para los viajes en tren o autobús, coloco el soporte y a disfrutar.

En mi caso tengo un Samsung Galaxy S8, con lector de iris y lo coloco siempre que estoy en el ordenador junto a la pantalla, en este soporte con el Always-on. Cuando necesito usarlo solo tengo que acercarme un poco para reconocer mis ojos (palmo y medio aprox.) y listo. Hasta ahora no le daba tanto uso al Always-on ni me solía gustar mirar cosas en el móvil estando en el ordenador.

No todos los accesorios son caros y/o complejos

Este accesorio para móvil nos muestra como no hace falta gastarse un pastizal para complementar y utilizar de manera más cómoda nuestro móvil. Es algo que vemos no solo con este pequeño atril de plástico, sino también con un accesorio muy aclamado: Cardboard.

Una pequeña caja de cartón con dos lentes, ya ves, fue algo regalado a los asistentes de una conferencia de Google y desde entonces todos querían una. Su bajísimo coste, ha introducido a muchos en la realidad virtual, enseñándoles gracias a su móvil y un poco de cartón y ha permitido que poco a poco empecemos a ver crecer esta tecnología.

Mezclando cosas a bajo coste

También puedes ser un poco chapuzas y hacerte tus propios accesorios, como tus propias gafas de realidad virtual o un soporte con cartón. Si aún eres más, quizá se te ocurre algo hasta con una Raspberry Pi. Pero yo, que no soy de esos, uní mi atril con un cargador inalámbrico, así mientras estaba apoyado, se cargaba. Aunque luego tenía que quitarlo para llevarme el soporte a otro lado.

No hace falta gastar mucho, a veces la imaginación ayuda y con cosas que tenemos por casa nos sirve o comprando algo muy barato incluso en una tienda que no tiene nada que ver con informática. Luego nos lo ponen con un nombre chulo y tecnológico, decimos «¡que buena idea!» y pagamos el doble.