Que occidente lleva una buena temporada en decadencia es más que evidente, e Instagram no ha ofrecido unos cuantos ejemplos de ello, como los selfies, pero ahora llega un nuevo nivel, y es que el número de niños con nombres de filtros de Instagram han crecido hasta un 75%. Dan ganas de colaborar con los Cylons en la destrucción de la raza humana, ¿verdad?

Lo cierto es que este fenómeno no es algo nuevo, cada vez que hay un fenómeno social, los bebés acaban pagándolo. En 2014 en el Reino Unido 53 niñas fueron bautizadas como Khaleesi y 17 Tyrion por Juego de Tronos, Los juegos del hambre también propiciaron que futuros adultos se vayan a llamar Katniss y Frozen disparó la popularidad de Elsa (debo reconocer que hice presión para que bautizaran a mi ahijada como Daenerys de la Tormenta, pero me tengo que conformar con regalarle baberos en los que pone Khaleesi). Incluso ya hay un pobre diablo que se llama Hashtag.

Lux, el filtro más usado (para bautizar a bebés)

Pero eso, dentro de lo friki, es razonablemente normal, al fin y al cabo estás poniendo al bebé el nombre de una persona, aunque sea ficticia. Inspirarte en el nombre de un filtro fotográfico es un poco más extraño. Hay que dejar claro que los nombres que han crecido ya eran usados antes -es decir, se bautizó a los filtros con el nombre de seres humanos- pero es difícil no relacionar este crecimiento con la popularidad de Instagram.

El uso de Lux ha crecido hasta un 75%, mientras de Ludwig lo ha hecho un 42% -y no parece que sea debido al último disco de Beethoven-. Juno con un 30%, Amaro y Valencia con un 26% son los siguientes más usados, seguidos de Willow con un 13% (esperemos que no salgan bajitos o lo pasarán mal) y Reyes con un 10%.

No sabemos si estar decepcionados o celebrar que aun nadie haya llamado a sus retoños X-Pro II o Lo-Fi, aunque es posible que a alguno se le haya ocurrido. Yo por mi parte estoy dudando de si llamar a mis hijos Marshmallow o KitKat. ¡Oh, ya lo tengo! Ice Cream Sandwitch.

Vía The Next Web