Image: Vida secreta

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Poesía

Vida secreta

Javier Rodríguez Marcos

17 julio, 2015 02:00

Javier Rodríguez Marcos. Foto: Pedro Álvarez

Tusquets. Barcelona, 2015. 80 páginas, 12€

Paralelamente a su trabajo de periodista cultural, Javier Rodríguez Marcos (Nuñomoral, 1970) desarrolla su obra literaria. Junto a libros de viajes, ensayos, crónicas y relatos, ha publicado cuatro volúmenes de poesía.

Vida secreta se inicia con una cita de Robert Browning. Los tres versos del inglés tienen conexión clara con la literatura del poeta español. En el libro se suceden las incertidumbres. A menudo se repite el deseo de descubrir el envés de las supuestas evidencias. O de lo que esconde el exterior de los objetos y actos. Las palabras son percibidas como animales de matadero, siempre indomesticables y al acecho. Con imágenes nítidas, Rodríguez Marcos transmite preguntas "que nunca dejan/ de saber a ceniza". Pronto demuestra la madurez literaria: no necesita mencionar elementos extraordinarios para definir un mundo complejo. Le basta con referirse a postes de la luz, pensiones, un fregadero, una manzana, taxis, una nevera, farolas, grifos, desperdicios de la publicidad. También la compañía humana es discreta. Los protagonistas de los poemas son personas alejadas del brillo social: estudiantes de peluquería, un enfermo vigilado, un hombre aturdido por el miedo, antepasados que sobreviven sin hablar.

Javier Rodríguez Marcos logra emocionarnos cuando recuerda el mundo rural de su infancia. Sobresale la composición "Los pacíficos", donde varios niños apedrean un modesto paraíso. El poeta consigna la semejanza entre los esfuerzos del campesino y los del artista. Después nos transmite las sorpresas urbanas. La ciudad, con su paisaje de objetos rotos, aumenta su turbación. En la noche circula un tren repleto de seres ciegos que hablan de la belleza. La rosa, desgastada por tantos tópicos, se convierte en un producto anodino tratado con ironía. Como si el escritor quisiera compartir su peso de dudas, deja diversas interrogantes para el pintor argentino Guillermo Kuitca. El desasosiego surge entre escenas que ocurren en un hospital. Por último, el autor comprueba la ineficacia de la oración en el desamparo. Para defenderse, casi todo lo encierra en un escepticismo delicado. Y observa, "increpando a la luna de los vertederos, / la jauría nerviosa de las palabras huecas".

Vida secreta comprende veintinueve poemas y una nota final. En las cinco últimas páginas, Rodríguez Marcos nos informa sobre el origen y significados de algunos textos. Incluye una breve fábula jasídica con la que el escritor dice identificarse desde hace años. Son aportaciones que confirman la hondura de sus versos.

@FJIrazoki