Image: El pedestal de las estatuas

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Novela

El pedestal de las estatuas

Antonio Gala

29 marzo, 2007 02:00

Antonio Gala. Foto: Ángel Casaña

Planeta. Barcelona, 2007. 536 páginas. 22 euros.

Como el propio Antonio Gala reconoce en las primeras palabras de este libro, "todo manuscrito encontrado tiene siempre un aire de recurso literario". De inmediato viene a nuestra mente cómo emplearon este procedimiento narrativo Cervantes en el Quijote, o siglos después Manzoni en su celebérrima novela Los novios, o Potocki en su Manuscrito hallado en Zaragoza, por mencionar sólo unos ejemplos. Es el primer acierto de Gala, que deja al lector la decisión de si es un recurso o no, pues confiesa que su oficio no es encontrar, sino contar, transitando así por un territorio no puramente de ficción, sino de historia novelada.

Pero empecemos por el principio: afirma nuestro autor que en un viaje a Pau (Francia) supo de la existencia de unos misteriosos documentos del siglo XVIII, hallados en un edificio antiguo de esa ciudad y depositados en la Universidad. Sólo al examinarlos, con incredulidad primero y emoción después, descubrirá que se trata nada menos que de las memorias dictadas al borde de la muerte por Antonio Pérez, Secretario de Felipe II, y dejadas en custodia a su amigo íntimo Gil de Mes, que será quien las lleve a Pau tras su fallecimiento.

Personaje clave de su época, Antonio Pérez ejerció una gran influencia sobre Felipe II, y esta confianza real le sirvió para acumular poder, riquezas y enemigos sin cuento.Aunque fue legitimado como hijo de Gonzalo Pérez en 1542 por Carlos I, sus orígenes son poco claros, ya que en esta narración en primera persona, dictada a Gil de Mesa, Gala pone en boca del propio Antonio Pérez que probablemente era hijo del príncipe de éboli, Ruy Gómez de Silva, en cuyas tierras se crió.

Estas memorias particulares, de estilo tan desenfadado como implacable con los personajes de la Historia, están escritas en un tono de conversación íntima y casi actual, y comienzan con toda una declaración del principios: el ansia de poder de Antonio Pérez, contrastando con su desengaño puramente barroco. Rodeado de los personajes que hicieron la Historia, Pérez no cree en la generosidad de los poderosos, pero nunca cesa en su afán de ser uno de ellos. Y surge así como un leitmotiv a lo largo de todo el libro la justificación del título de esta narración: "sé como nadie, de qué está hecho el pedestal de las estatuas: de abusos, sangre, llanto y muertes, unos; de soberbia, desprecios y avidez, otros; de negación a la vida, los demás"(pág. 18). Rigurosas palabras que llevan al lector a un extenso recorrido por la Historia de la Península Ibérica: desde los Trastámara a Felipe II, pasando por toda suerte de atropellos dinásticos, guerras, muertes e intrigas, que apartan a Juana, llamada la Beltraneja por sus enemigos, de sus derechos legítimos al trono de Castilla, para primar a su tía Isabel, conocida por la posteridad como la Reina Católica. El narrador no tiene ninguna simpatía por esta reina, a la que retrata reiteradamente como un ser insensible, capaz de cualquier acto con tal de acumular poder: desde una política matrimonial despiadada con sus hijos hasta acciones perversas en nombre de la religión.

Antonio Pérez prosigue su personal ajuste de cuentas con el emperador Carlos V, a quien retrata como un personaje fronterizo, el primer gobenante moderno y el último caballero medieval. De él le atraen su arrojo y responsabilidad, su falta de astucia, la sinceridad y ese dar la cara sin ocultarla nunca. Ese "hacerse cargo", que contrariamente, no hereda su hijo Felipe II, al que el propio Pérez servirá como Secretario hasta que la intriga, la traición y su ambición desmedida le hagan caer en desgracia, y para salvar la vida, tenga que acabar refugiándose en Aragón. Esa vida novelesca, marcada tanto por el tráfico de secretos de Estado como por las vidas ocultas de los poderosos, sus gustos sexuales y una Inquisición omnipresente, hace que los avatares de nuestra historia real parezcan el argumento de una fantástica novela de aventuras que Gala nos ofrece con la pasión y talento de siempre.