Image: ¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos?

Image: ¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos?

Ensayo

¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos?

Götz Aly

25 enero, 2013 01:00

Hitler ordenó directamente el genocidio judío

Traducción de Héctor Piquer. Crítica. Barcelona, 2012. 336 páginas, 23'90 euros


Götz Aly (Heidelberg, 1947), historiador alemán especializado en la cuestión judía, plantea desde la primera frase de la primera página de este libro lo que él mismo denomina "la madre de todas las preguntas": ¿por qué asesinaron los alemanes a seis millones de personas "por el único motivo de ser judíos"? Una pregunta que se han hecho todos los investigadores de esa atrocidad, pero que adquiere unos perfiles hasta cierto punto inusuales cuando se la sitúa, como hace Aly, en el contexto de la formación de una compleja y multiforme mentalidad antisemita en el país más culto de Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX.

Conviene partir de hechos en principio desconcertantes como que en 1910 vivían en Alemania más del doble de judíos que en el Reino Unido y cinco veces más que en Francia, un dato que -junto a otros que aquí se ofrrecen- permite establecer que Alemania era contemplada como tierra de refugio por millones de judíos europeos que huían de los pogromos tan frecuentes en países limítrofes. ¿Cómo y por qué se fracturó esa acogida y hasta se invirtió la tendencia, con las consecuencias monstruosas que conocemos? De nada sirve, contesta Aly, plantear la persecución nazi como obra de unos lunáticos o "ejecutores casi extraterrestes", es decir, como si fueran ajenos al resto de alemanes. Muy al contrario, afirma, hay que situar el antisemitismo en el corazón de la sociedad y la cultura alemanas de la época.

Usando una gran variedad de textos impresos de los siglos XIX y XX, Aly establece dos vectores contrapuestos: una comunidad judía que progresa gracias a su dinamismo y creatividad, y una población alemana indolente y rencorosa, en cuyo seno va anidando el odio hacia los que destacan. El recorrido político-cultural se inicia en 1800 para ir luego avanzando hasta el estallido de los años treinta con el fanatismo nazi. En esta última parte se analizan las condiciones sociales que hacen del antisemitismo un objetivo de Estado y entronizan lo que el autor llama "nueva moral del robo y asesinato". El autor desliza afirmaciones contundentes, como que la mayoría de los alemanes obtuvo beneficios materiales de las expropiaciones de bienes judíos.

En sus conclusiones, Götz Aly dibuja un nacionalismo alemán débil, cobarde, inseguro, reaccionario, agresivo y xenófobo que, incapaz de adaptarse a la modernidad, desarrolla una profunda inquina hacia un colectivo, como la comunidad judía, que alentaba valores opuestos y hallaba de este modo la clave del ascenso social. Así fue cómo los acomplejados germanos se convirtieron en modernos antisemitas. En este contexto, el liberalismo y la responsabilidad personal fueron barridos por la fe en un Estado autoritario y un colectivismo étnico, ambos garantes de la felicidad futura de un pueblo que se veía como fortaleza sitiada. Por eso, recalca Aly, es falso el cuento de una minoría malvada -los nazis- que llegan al poder pese a una mayoría alemana inocente. Sin el apoyo de amplios sectores el experimento hitleriano habría sido imposible. El nacionalsocialismo no era en último extremo más que la expresión política del "error de la igualdad y el veneno de la envidia" que se habían apoderado mucho tiempo antes del conjunto de la sociedad alemana.