Image: La justicia de Franco

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Ensayo

La justicia de Franco

Julius Ruiz

29 junio, 2012 02:00

La mujer de un preso republicano intenta hablar con Franco, en 1952

Traducción de Albino Santos. Prólogo de Jorge M. Reverte. RBA. Barcelona, 2012.464 pp, 24 euros

En su anterior libro, El terror rojo, el hispanista Julius Ruiz (sin caer en el burdo revisionismo conservador) cuestionaba la interpretación canónica de la izquierda sobre el terror republicano: frente a la minusvaloración de éste como producto marginal y espontáneo, obra de elementos incontrolados, Ruiz demostraba con datos abrumadores la implicación de importantes sectores del régimen en limpiezas planificadas y matanzas sistemáticas en el Madrid de 1936.

En el prólogo de la nueva obra de Ruiz, el progresista Jorge M. Reverte admite que, en efecto, prominentes republicanos "tuvieron una participación activa en dar aliento a los asesinos" en el Madrid asediado. Destaco esta actitud porque lo usual es enjuiciar con abierto maniqueísmo el pasado desde el presente: unos hallan el mal absoluto en Franco y sus huestes, al tiempo que encubren errores y crímenes cometidos en nombre del antifascismo, mientras que los conservadores hacen lo opuesto. En este volumen, adaptación de Franco's Justice (Oxford University Press, 2005), se pretende entender cómo funcionaba la justicia franquista, qué criterios mantuvieron los encausamientos, a quiénes condenaron y quiénes fueron absueltos, qué propósitos concretos perseguía la represión, etc.

El autor advierte que no está entre sus objetivos apilar muertos sobre la mesa para fundamentar una condena decidida a priori. Esta obra no es tanto un estudio cuantitativo de la represión franquista como un examen cualitativo que toma muestras aleatorias para determinar la ideología de los castigos y depuraciones que acometieron los vencedores para "descontaminar" España de republicanos, marxistas y masones. Por eso la labor investigadora se focaliza en Madrid a partir del rico material del Archivo de Alcalá de Henares y en sus seis documentados capítulos se busca sobre todo comprender cómo se fundamenta, despliega y gradúa el escarmiento a los "antiespañoles" en un singular ejercicio de cinismo o "justicia al revés": los sublevados procesaban por el delito de "rebelión militar" a quienes habían permanecido fieles al gobierno legítimo.

Por tanto, Ruiz no busca justificar los desmanes franquistas ni defender una "justicia", la del régimen autoritario, basada en la revancha y una clamorosa falta de garantías. Lo que sí dice es que esa justicia, con todos sus excesos, no tuvo "carácter exterminador". Es decir, no hubo un "holocausto español". La persecución franquista, canalizada básicamente en forma de Consejos de Guerra, quiso concentrarse en los responsables de "crímenes de sangre" cometidos en suelo republicano, aunque en aquellas durísimas condiciones de posguerra el nivel probatorio requerido para la pena capital "era atrozmente bajo".

Comparada con ajustes de cuenta coetáneos en otros países europeos, la represión franquista tuvo algunas características peculiares, que Ruiz examina con ecuanimidad. Así, en Madrid y otras zonas las ejecuciones masivas acabaron en 1941 y por esas fechas el régimen combinaba el mantenimiento de la represión con una excarcelación significativa de presos. Aunque a muchos les incomode, la investigación empírica ofrece una realidad de claroscuros, a veces incluso desconcertante. Tal es el mérito de este libro, el presentarnos el cuadro complejo de una situación terrible, poco o nada susceptible de ser evaluada en términos categóricos.