Image: Una herejía española. Conversos, alumbrados e Inquisición (1449-1559)

Image: Una herejía española. Conversos, alumbrados e Inquisición (1449-1559)

Ensayo

Una herejía española. Conversos, alumbrados e Inquisición (1449-1559)

Stefania Pastore

24 septiembre, 2010 02:00

Auto de fe. Por Berruguete (1495)

Traduc: Clara Álvarez Alonso. Marcial Pons. 416 pp. 16 e.


El tema, siempre atractivo, de la espiritualidad española en el tránsito de la Edad Media a la Moderna se plantea de nuevo en el libro de la historiadora italiana Stefania Pastore, una destacada especialista, autora de otro buen estudio sobre la Inquisición (Il vangelo e la spada. La'Inquisizione di Castiglia e i suoi critici). La traducción viene precedida de un prólogo, firmado conjuntamente por Ricardo García Cárcel y el historiador italiano Adriano Prosperi, en el que se repasan los grandes hitos de la historiografía y las diferentes visiones sobre la efervescencia de la religiosidad española en la época de la Reforma. Las posturas de unos y otros son, en muchos casos, discordantes. Si para Marcel Bataillon el erasmismo lo explicaba casi todo, Américo Castro veía la huella profunda de las tres religiones en la espiritualidad hispana, mientras que Antonio Márquez se ha centrado en el fenómeno de los alumbrados, esforzándose por definirle y asignarle unos límites geográficos. Los tres son los autores más citados en el libro, aunque hay otros muchos, dada la amplia bibliografía existente. Stefania Pastore tiene su propia tesis, que limita la importancia del erasmismo, discrepa de Márquez en la definición y límites geográficos del alumbradismo, al que considera el fenómeno principal y el sustrato básico de la heterodoxia española, y se muestra cercana a Américo Castro en cuanto a la importancia de los conversos.

El libro es un estudio del pensamiento religioso a través de una serie de itinerarios individuales. Algunos de ellos son personajes muy conocidos, como fray Hernando de Talavera o Juan de Valdés; otros, los predicadores imperiales Juan Gil o Constantino Ponce de la Fuente, relacionados con la herejía sevillana de mediados del siglo XVI; y hay, por último, gentes "de perfil más desdibujado". Los factores comunes de todos ellos son el origen converso -que la autora considera un componente decisivo- y el haber sido procesados por la Inquisición. Las trayectorias vitales estudiadas permiten analizar numerosos aspectos, no siempre bien conocidos. Entre ellos, la polémica antiinquisitorial de los primeros años, promovida por gentes cercanas a la reina; las preocupaciones religiosas del almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez, y los intentos de reforma llevados a cabo bajo sus auspicios en tierras de Medina de Rioseco; las vinculaciones alumbradas de nobles, como los Mendoza de Guadalajara o el marqués de Villena, éste último uno de los primeros protectores de Juan de Valdés; el alumbradismo granadino; la importancia decisiva de la Universidad de Alcalá de Henares; el auge alumbrado entre 1525 y 1529, periodo que define como "un puñado de años sustraídos al imperio de la Inquisición"; la herejía sevillana, que habría de culminar en los procesos de mediados de siglo...

Menéndez Pelayo definió el alumbradismo como la única herejía "original y persistentemente española". Pastore le considera un fenómeno difuso y escurridizo, de clara matriz conversa, que atraviesa escuelas, doctrinas y personajes, y conecta con otras corrientes reformistas (Erasmo, Lutero...), que aprovecha y reelabora. A través de personajes como Miguel Servet y, sobre todo, Juan de Valdés tal aportación española al pensamiento religioso se exportó y tuvo influencia en Europa. Del rico panorama trazado se desprende la indudable participación hispana en la Reforma. Frente a la postura oficializada durante el franquismo y basada en Menéndez Pelayo, de que la única identidad española posible era la católica impuesta por la Inquisición, el libro de Pastore es una prueba más, enormemente valiosa y documentada, de la existencia de otras formas de concebir la espiritualidad, que fueron sacrificadas en el altar de la uniformidad religiosa.