Image: Tantakka, en la Feria de san Sebastián

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Teatro

Tantakka, en la Feria de san Sebastián

Jazz, sesión teatral

12 julio, 2000 02:00

Iñaqui Salvador (izquierda) Y Kike Díaz de Rada interpretan a dos músicos de jazz

La compañía de teatro vasca lleva Novecientos. El pianista del océano a la Feria de Teatro de San Sebastián el próximo día 14 de julio. La Casa de la Cultura de Egía acoge esta obra de Alessandro Baricco y dirigida por Fernando Bernués donde teatro y música en directo se entremezclan. Kike Díaz de Rada e Iñaki Salvador interpretan esta historia tan entrañable y maravillosa de un virtuoso músico que siempre vivió en un barco.

Jazz y teatro. Música y acción. Novecientos. El pianista del océano contiene una combinación que no se da muy a menudo en los escenarios españoles -cuando nos salimos de las obras clasificadas como musicales- y que hace a priori interesante esta propuesta de Tanttaka Teatroa, una compañía vasca que lleva 17 años sobre los escenarios y que obtuvo un notable éxito hace dos temporadas con El florido pensil. Tras ese montaje, Tanttaka desembarca en la Feria de Teatro de Donostia con una obra del escritor y crítico musical Alessandro Baricco (Turín, 1958), un texto que encierra una de esas historias que nadie se resiste a dejar de contar. El director Fernando Bernués lo ha querido hacer de la forma que mejor sabe, recurriendo al teatro, como anteriormente lo hizo el cineasta Giuseppe Tornatore, que presentó la versión cinematográfica del libro en el último Festival de Cine de San Sebastián.

El pianista en el océano al que alude el título se llama Novecientos, un genio del jazz, un virtuoso del piano que nació en un barco y que nunca pisó la tierra. Sus padres lo abandonaron en el navío esperando que encontrara un futuro alejado de la miseria y, sin embargo, fue hallado "en una caja de cartón, sobre el piano" y más tarde fue adoptado por la tripulación. Con ellos se crió hasta que un día, cuando intentaban que abandonara el barco, desapareció para reaparecer al cabo del tiempo como un virtuoso del piano. Así surge la leyenda del pianista en el océano, un músico que conoció el mundo por las personas que desfilaban por la sala de baile de ese transatlántico que nunca abandonó, y cuya historia es recordada por un joven trompetista amigo suyo. "Me encantó la historia desde el primer momento más incluso que su formulación -explica Fernando Bernués-, y me decidí a representarla".

A pesar de estar escrita para teatro, la obra de Baricco -publicada en España por la editorial Amaranto- resulta un texto excesivamente narrativo, una dificultad que Bernués tuvo que vencer cuando la subió a un escenario. Diálogos, música en directo y dos tiempos que se entremezclan -el pasado y el presente- convirtieron la prosa del original en material dramático de primera.

Actor y músico

Y es que del monólogo en la versión de Baricco se pasa a un diálogo entre el narrador de la historia -el trompetista Tim Tooney, interpretado por el actor Kike Díaz de Rada- y el personaje Novecientos, encarnado por el actor y músico Iñaki Salvador. "La presencia de Iñaki ha sido clave, ya que toca música en directo e interpreta. Sin él no me hubiera embarcado en esta aventura".

Voz y música hacen de ésta una historia a dos bandas, donde las notas que arrancan del piano y la trompeta los dos protagonistas se mezclan con la voz del narrador. Una música del recuerdo que evoca las días vividos en el Virginia, el transatlántico que cruza del Viejo Continente al Nuevo Mundo, al que suben inmigrantes sin identidad y nuevos ricos. Todos ellos se juntan en esa sala de baile, donde la música nivela toda diferencia, y que también consigue borrar las distancias entre el escenario real y el espacio evocado. "En el fondo es como ir al teatro y a un concierto de jazz", asegura Díaz de Rada. Así, en medio del océano, o en medio del teatro, se va desgranando poco a poco una relación de amistad y admiración entre un genio, un auténtico virtuoso y alguien que simplemente conoce bien su oficio. Según Bernués, "los personajes de esta historia representan muy bien la relación de admiración que a veces sentimos por los otros. Aunque en este caso es de verdadera admiración porque Novecientos es también un verdadero genio". Dos personajes muy distintos para representar dos formas no excluyentes de ver la vida conducen al tema de la realización personal a través del ser admirado, que es una de las claves para leer este pentagrama teatral.

"Novecientos es un personaje extraño, fascinante, libre de ataduras, que nunca ha pisado la tierra y que sólo existe en su música y en el recuerdo de los que lo han visto. Mientras que el trompetista representa todo lo contrario, la experiencia, la vida en tierra, las ataduras terrenales....", dice el director. En este sentido, Novecientos también recuerda a esos emigrantes que, como los que embarcan en el Virginia, no tienen papeles y llevan equipaje ligero.

Una escenografía de José Ibarrola, hijo del conocido artista vasco, convierte las tres paredes del teatro en un transatlántico de principios del siglo que lleva pasajeros y esperanzas de Europa a América. Una cuidada iluminación y por supuesto la esmerada partitura de Iñaki Salvador, compuesta para este montaje y que él mismo ejecuta en directo, visten un espectáculo que cuenta con la mejor percha posible, la de una buena historia. "Hasta que no tengas contigo una buena historia y alguien a quien contársela estás jodido", dice uno de los personajes de la obra. Por eso, todo el mundo que ha conocido la historia del pianista del océano se ha propuesto contarla. Pero como cada narrador moldea los relatos con su propio estilo, Bernués no ha sido menos y ha introducido algunas pequeñas variaciones, pasando del monólogo original al diálogo -el personaje de Novecientos deja de ser evocado para hacerse presente- en el que la música se convierte en un personaje más.

A ritmo de jazz


El leivmotiv del jazz marca el ritmo de la obra, a la que el director ha querido dotar de movilidad, reduciendo el efecto narrativo con diálogos y música en vivo. Para eso, ha seguido el tempo de la obra original, ya que Baricco -autor de ensayos, cuatro novelas y una obra de teatro- tiene una formación musical que se siente en sus obras. "He intentado mantener ese ritmo interno -asegura el director-, al que acompaña en el exterior la música en directo".

La compañía Tanttaka Teatroa ha realizado 17 producciones a lo largo de 17 años en las que han tenido cabida los espectáculos más diversos. Desde musicales contemporáneos hasta la danza, con la característica de que todos sus espectáculos se presentan al menos en dos versiones, en vascuence y en castellano. "Nosotros intentamos seguir una coherencia, y en los últimos cinco años hemos trabajado con textos de autores contemporáneos. Aunque nos gusta no tener una línea de estilo muy definida", dice Bernués. La obra, estrenada en San Sebastián el mes de mayo, y que también se ha representado en Barcelona se presentará el día 14 de julio en la Casa de la Cultura de Egía. El Festival de Tárrega -8 y 9 de agosto-, Palencia -el 25 de agosto- y el País Vasco son algunas de las próximas citas del montaje.