Image: Lucía Puenzo

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Cine

Lucía Puenzo: "Ha escandalizado más la distinta procedencia social de las dos chicas que su homosexualidad"

24 abril, 2009 02:00

Lucía Puenzo y la actriz Inés Efrón, en el Festival de Cine de Málaga. Foto: EFE

La hija del director Luis Puenzo, Lucía, fue una artista precoz y no para de trabajar. Después de sorprender el año pasado con su debut, XXY, la directora regresa al terreno de la adolescencia y la sexualidad con El niño pez. Se trata de una película personalísima en la que, en clave poética, la directora narra la intensa relación amorosa entre una joven burguesa de Buenos Aires (interpretada por Inés Efrón) y su sirvienta. Se trata de una historia de amour fou con asesinatos de por medio con la que Puenzo se adapta a sí misma ya que el filme está basado en una novela que publicó a los 23 años.

P.- ¿Cómo surge la posibilidad de adaptarse a sí misma en su seguinda película?

R.- Mientras estaba terminando XXY comencé a pensar en mi siguiente proyecto y surgió de una forma muy natural. Durante años había pensado en escribir un guión para que la dirigiera otro cineasta, pero me di cuenta de que me apetecía hacerla a mí. Ha sido fascinante reencontrarse con estos personajes tantos años después. He cambiado muchas cosas, empezando por el punto de vista. La novela estaba escrita desde el punto de vista de un perro. El lenguaje fílmico exigía cambiar toda la estructura dramática.

P.- Regresa a la adolescencia y a los problemas de familia...

R.- La familia es fundamental para todo el mundo, es un tema apasionante. Respecto a la adolescencia, es una edad de cambio muy interesante. Hay un momento en el que se debaten el niño y el adulto que ya se es, en el que el segundo tiene que acabar asumiendo que la infancia se ha marchado. De todos modos, mi intención siempre fue contar una historia de amor. Ese fue mi principal objetivo.

P.- Aunque las protagonistas son lesbianas, la homosexualidad no se plantea de forma problemática.

R.- Yo siempre les dije a las actrices que no hicieran de ella un asunto, no habría mucha diferencia si en vez de ser una historia de amor entre dos mujeres fuera entre una mujer y un hombre. Ellas tienen clarísimo lo que son y no sufren por ello. Lo que yo pretendía es construir personajes complejos, salirme de los estereotipos. Por ejemplo, el personaje del padre es un monstruo pero tiene una apriencia inofensiva.

P.- La lucha de clases es otro asunto fundamental del filme...

R.- En Suramérica se produce un fenómeno no tan frecuente en Europa o Estados Unidos que es que hay muchas familias que tienen chicas de servicio que viven con ellos. Esas personas comparten la intimidad de esas familias y se generan unos lazos muy interesantes. De hecho, ha habido gente que se ha escandalizado por la muy distinta procedencia social de las dos chicas, mucho más que por su homosexualidad.

P.- La película es muy realista pero también hay detalles mágicos de significado poético.

R.- No me interesaba el realismo mágico pero sí introducir elementos de leyenda en la historia, hacer colisionar la fantasía con la realidad. Muchas veces, estas leyendas están relacionadas, como sucede en la película, con hechos violentos o crímenes cuya sombra perdura a lo largo de los años. Esas escenas oníricas eran desde el principio el centro de la película. Después cada espectador puede tener su propia teoría sobre lo sucedido. Yo tengo la mía, pero eso no significa que por fuerza sea la acertada.