Image: El Mundo recupera el Goya robado a Albert Solé

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Cine

El Mundo recupera el Goya robado a Albert Solé

Se lo llevó un crítico en paro con el fin de denunciar el nepotismo en el cine español y luego lo entregó al diario

3 febrero, 2009 01:00

Pedro J. Ramírez, con el Goya secuestrado, en la redacción de El Mundo.

ELCULTURAL.ES
Un crítico de cine en paro secuestró el Goya al mejor documental, ganado por Albert Solé, durante 24 horas. Lo tomó del ropero de un local de la calle Echegaray donde el equipo de Los crímenes de Oxford celebraba los buenos resultados obtenidos durante la gala. Al autor del hurto, que responde a las iniciales de K.N.T, le bastó con solicitarlo a la chica encargada de custodiar las prendas de la concurrencia. "Dame el abrigo y el Goya", dijo antes de hacer mutis por el foro. Al levantarse a la mañana siguiente, resacoso, comprobó que su broma no había sido un sueño. La estatuilla estaba allí, sobre una de sus estanterías, observándole. Fue entonces cuando empezó a maquinar su plan.

K.N.T. decidió ponerse en contacto con el diario El Mundo. Concertó una cita con uno de sus redactores en el templo de Debod. Allí le entregó el cabezudo, para que el periodista se encargara de devolverlo a su legítimo dueño. Pero antes quiso ponerle un acento reivindicativo a su peripecia. Comentó que está "harto de que siempre se llevan los premios los mismos, del sectarismo del cine español". También aprovechó para sacar a relucir los múltiples sinsabores que ha ido acumulando a lo largo de estos últimos años en los que ha intentado hacerse un hueco en el mundillo. Ha sido un empeño inútil. Al final ha tenido que arrojar la toalla y ganarse la vida recurriendo a trabajos meramente alimenticios. "Es un mundo cerrado, de amiguismo, donde es imposible conseguir un trabajo si no tienes enchufe".

El crítico despechado cuenta que en ningún momento pasó por su cabeza quedarse con el Goya. Así que en el encuentro frente al templo egipicio sacó de las bolsas de plástico en había metido el busto del pintor y lo deslizó hasta la gabardina del redactor. El galardón se halla ahora en la caja fuerte del diario, hasta que sea devuelto a Albert Solé, muy aliviado tras saber que podría mostrar a su hija finalmente el fruto de su trabajo cinematográfico.