Arte

Arte y ensayo

Insomnia. FUNDACIÓN JOAN MIRÓ.

6 mayo, 2013 02:00

Parque de Montjüic s/n. BARCELONA. Hasta el 20 de junio.


Coinciden en Barcelona dos exposiciones sobre cine, una acerca de Georges Méliès, que se presenta en CaixaForum, y la titulada Insomnia, en la Fundación Joan Miró. La primera gira sobre los inicios del cine, una suerte de arqueología del mundo de la ilusión y de los artefactos e ingenios que atrapan o hacen posible la magia del cine. Por su parte, Insomnia reúne a creadores que han explorado el cine como medio de expresión desde los 60 hasta hoy. Bajo el marco del cine experimental, se reúnen trabajos que se interrogan sobre el lenguaje del cine y la fotografía, la pantalla y el espacio de proyección y los modelos de narrativa cinematográfica. Entre una y otra exposición, tan dispares entre sí, hay un punto de encuentro y es que ambas prestan atención a los artilugios, a los espacios, a los sistemas de proyección. La exposición de Méliès es un universo ingenuo y lleno de encanto. Pues lo que aquí se exhibe no es otra cosa que la maquinaria que construye la imagen del deseo y de los sueños, pero que, además, posee la magia de las primeras cosas. Y, sin embargo, ésta es una de las problemáticas que se plantean en Insomnia. Porque muchas de las piezas de la exposición hablan de las posibilidades de proyección, al espacio de exhibición, al mismo celuloide. La exposición explora la calidad material del cine, un mundo que la tecnología digital y el vídeo amenaza destruir. Es precisamente esta condición de "obsolescencia", explica la comisaria, Neus Miró, esta dimensión mecánica, material y espacial del cine, con la que trabajan algunos de los creadores que se presentan en la muestra: Lis Rhodes, Peter Kubelka, Stan VanDerBeek y Dan Graham. En su película La invención de Hugo (2011) el cineasta Martin Scorsese realiza un homenaje a Méliès, pero de manera que confronta dos mundos, el de la imagen analógica, por un lado, y el de la digital, por otro. En el filme, Georges Méliès -lo analógico- se vincula a un universo mecánico: el autómata, el juguete de cuerda, la estación de tren con las máquinas de vapor, el reloj monumental… artefactos que no son otra cosa que una transposición simbólica de la maquinaria del proyector y del cine. Descomponer este engendro mecánico como si fuera un reloj o un juguete, volverlo a montar, saber cómo está hecho por dentro, forzarlo hasta el límite, explorar sus posibilidades experimentando con los proyectores, la manipulación del celuloide, el diseño de nuevos espacios de exhibición, éste es el mensaje de Insomnia. Y éste no es otro que una erótica, la erótico que se esconde tras el fetichismo de las máquinas que producen los sueños.