Hola, amigos. 

Vivo con la angustia de que volveré a perder los auriculares con los que escucho la radio cada mañana (¿hay algo más placentero que desayunar con la radio puesta?). Los pierdo cada poco, no sé cómo, y vuelvo a comprarme unos en el chino de la esquina; a veces, no los pierdo del todo, sino que se extravían solas, misteriosamente, las gomas o las almohadillas de los oídos o se deshilacha el conducto del sonido y deja de escucharse por uno de sus lados. La industria de los auriculares tiene en mí a un cliente fiable, en suma, porque no consigo que los dichosos cacharros me duren más de tres meses. Los auriculares, pues, serán el tema de la semana que viene. 

A ver qué sabéis hacer con ellos. 

Veamos, mientras, cuáles son los finalistas de la semana dedicada al divorcio:  

Vestana 

Llega a casa y descubre a su mujer en brazos de otro. Se va sin ser visto, no quiere más motivos para que ella vuelva a pedirle el divorcio.

Mario C. 

A sus amigos les contaba, entre cervezas y risas, lo feliz que se encontraba tras el divorcio. Sus vecinos le escuchaban llorar cada noche.

Ja

“Tenemos que hablar”, le dijo, y él pensó: “Ya está, al fin libre”, pero ella le empezó a detallar la reforma del salón.

Lluvia ausente 

Nada más firmar el divorcio nos miramos y reconocí en ella la misma sonrisa de felicidad del día de nuestro primer beso.

Merino 

Al llegar a casa, vio a su marido sentado en el poyete de la ventana. Ella sabía lo que la amaba, así que le dijo que quería el divorcio.

Coll de Rei

Aunque en el trabajo estaban perfectamente compenetrados, la trapecista no quiso seguir actuando con su ex pareja.

Gape 

El escritor llevaba dos años casado cuando empezó a agobiarse por la falta de inspiración en la felicidad.

Mavorcio 

Su compromiso en la defensa del matrimonio tradicional le llevó a ser el más reputado especialista en divorcios de parejas del mismo sexo.

Tabb 

Desde que se divorciaron, la pareja estrella del porno parece poner más pasión en sus actuaciones.

La Huachaca 

Su editor era muy insistente: por contrato, debía publicar otro libro de poemas de desamor. No le quedó otra que divorciarse de su mujer.

Gatusso 

Coincidían cada día a la misma hora en la barra de la cafetería. Se miraban furtivamente y sentían mariposas años después de su divorcio.

Edizagoy 

Ella montó en cólera cuando se enteró de que las diferencias irreconciliables que sustentaban el divorcio eran un par de tetas gigantes.

Lomboc 

Había vivido tres intentos de divorcio. Para su cuarta esposa, ya no había sitio en el jardín.

Soy yo

Firmaron el divorcio y, con la euforia del momento, hicieron el amor tan apasionadamente que decidieron darse una segunda oportunidad.

Amaia C. 

A todos nos sorprendió que nada más comenzar, el juez se levantara y le preguntase enfadado:

-¿Pero cómo quiere divorciarse de una mujer así?

Edizagoy 

La mujer acariciaba al gato cuando la llamaron para decirle que su ex había reclamado la mitad de todo. Furiosa, lo sujetó del lomo y cortó.

Sterke 

Le explicaba con detalle qué corte de ternera prefería mientras, desde el puesto de enfrente, su antiguo carnicero la miraba pesaroso.

Esteve 

Los celos fueron el motivo de que la monja de clausura se divorciara de Dios.

Ñoj 

Mientras aunaban esfuerzos para pagar al abogado entendieron que el fracaso de su matrimonio se debió a la ausencia de metas comunes.

Washington Nisón 

Cuando su marido le pidió el divorcio, se sintió muy dolida. Cuando supo que no había otra, mucho más.

Y uno, de regalo: 

Pares_con acento

No se ponían de acuerdo sobre cómo repartirse equitativamente sus tres hijos. No tuvieron más remedio que engendrar un cuarto.

Para aparecer con nombre y apellidos en caso de ganar, escribid por favor a cuenta140@elcultural.es

Gracias por vuestra participación. 

Saludos cordiales