La artista Mercedes Gómez-Pablos (Palma de Mallorca, 1940) ha sido protagonista de más de un centenar de exposiciones a lo largo de su carrera. Sin embargo, la que acaba de inaugurar en el Museo Luis González Robles-Universidad de Alcalá ha creado en ella un nerviosismo singular. Se trata de una muestra de 59 piezas que dialogarán con una veintena de esculturas de Pablo Serrano (Teruel, 1908 - Madrid, 1985). Reunidas en Dos credos poéticos entrelazados, se observan los rasgos que comparten las obras de ambos .

Serrano y Gómez-Pablos se conocieron cuando la artista tenía 19 años durante la primera exposición de esta en el Club Urbis de Madrid. Tras este encuentro, cuenta la artista, surgió una gran amistad entre el escultor, Juana Francés y la madre de Gómez-Pablos. "Yo llevaba un par de años pintando así que aproveché aquella amistad a través de la que me presentaron a gente que me ayudó en mis inicios", recuerda la pintora. Años más tarde, cuando la artista estaba en París exponiendo en la galería de Lina Davidov vio cómo Serrano entraba por la puerta. "Nos quedamos horas charlando", asegura. A partir de ese momento su amistad estaba ya más que consolidada.

En la muestra se pueden ver algunos de los rasgos que unen a los dos artistas. Ambos pintaron meninas, guitarras e hicieron retratos. "Serrano hizo la Bóveda humana, una obra con la que casi ganó la Bienal de Venecia, aunque al final le concedieron el premio a Giacometti, que estaba muy malito y Serrano era aún muy joven", recuerda Gómez-Pablos. Y continúa: "yo he pintado muchas fachadas mediterráneas, de modo que hay una semejanza". 

Gómez-Pablos: 'Guitarra' (1995) y, a la derecha, Pablo Serrano: 'Guitarra n.o 23 Homenaje a Picasso' (1985)

Por otro lado, Pablo Serrano hizo esculturas cubistas en las que representa guitarras y Gómez-Pablos también las ha representado en sus pinturas con un enfoque y una línea similar. Además de los retratos que ambos artistas enfocan de manera similar "con cabezas enormes". La escultura de Unamuno de él dialoga con el retrato de José Bergamín de ella y el toro en bronce del escultor hace lo mismo con los dos dibujos de la pintora. "Para los dos cuadros sobre las corridas de todos partí de la poesía", sostiene la artista. La poesía es, de hecho, otras de sus grandes pasiones ya que, además de ilustrar con grabados algunos poemarios, Gómez-Pablos lee por lo menos durante media hora antes de ponerse a pintar. 

Su pintura, asegura, ha cambiado a lo largo de los años. "Yo investigo. Hay pintores que hacen un cuadro genial y durante toda la vida hacen lo mismo. Otros investigamos. He tenido una década de pintura abstracta, luego pasé por la figuración y por otro periodo cubista en el que hice un homenaje a Juan Gris y a Picasso", asegura. Se refiere a lienzos como Desnudo picassiano o Desnudo en sofá amarillo, que beben de la tradición pictórica de los dos grandes maestros cubistas. 

Para la exposición Gómez-Pablos trajo 70 obras de las que han colgado 59. "Siempre hay que llevar más obras de las que se exponen, más vale que sobren 10 o 15 a que falte alguna". La artista, que mantiene aquí un diálogo fluido con las esculturas y dibujos de Pablo Serrano, tiene cuatro estudios: en París, en Ibiza, en Madrid y en un pequeño pueblo del Pirineo de Huesca. Lo que hace nada más llegar a esos destinos es pintar pero asegura que la inspiración siempre llega con el pincel en la mano, trabajando, nunca de manera inesperada. Actualmente, Mereces Gómez-Pablos sigue pintando a diario, en sesiones de unas cuatro horas, no en jornadas de ocho como lo hacía antes. De hecho, tiene un reloj que suena cada dos o tres horas para recordarle que tiene que parar.

@scamarzana