Vista de la Avenida 10 de Octubre de La Habana

Son viajes ideales, viajes soñados, pero esta vez desde la ficción. Porque viajar es también un placer cuando se hace desde las páginas de un libro, la imagen sugerente de un cuadro, una fotografía, desde la butaca de un cine. Y así, nos vamos al Nueva York de Paul Auster, al Sáhara de El paciente inglés, al Cape Cod de Edward Hopper...

Me fascina esa sensación que te dejan algunos sueños cuando crees estar en una ciudad determinada, sigues caminando, avanzas por determinadas calles, y de pronto te das cuenta de que estás en otra ciudad totalmente diferente a donde creías estar al principio. No es que estuvieras equivocado antes, es que la ciudad se ha transformado, ha ido mutando de una a otra. En otros sueños, en cambio, ves una escalinata, un callejón, o una plaza determinada, y reconoces enseguida la ciudad en la que estás. Y lo curioso es que quizás nunca has estado en esa ciudad que has reconocido al instante. Y quizás ni siquiera existe en la realidad esa escalinata, ese callejón, o esa plaza. Pero mientras dura el sueño no sientes la menor duda de su autenticidad, y por eso lo identificas todo al primer vistazo, como un lugar bien conocido.



Reconozco que durante mucho tiempo La Habana tuvo sobre mí ese mismo poder cautivador, ese extraño hechizo. Como una ciudad-sueño. Como un lugar contradictorio y fascinante que nunca llegarás conocer del todo. El culpable de este magnetismo fue Leonardo Padura. Antes de haber pisado la ciudad por primera vez ya podía imaginar sus recovecos. Desde un callejón poco iluminado en Santos Suárez, o una avenida en ebullición como 10 de Octubre, con su decrépita arquitectura colonial, hasta las últimas mansiones Art Deco de los 50 en Nuevo Vedado. Las novelas de Padura me hicieron soñar con cada uno de esos rincones. Cuando me ofrecieron ser el director para llevar ese mundo al cine sentí otra bonita contradicción: era un honor y una responsabilidad, pero al mismo tiempo sabía que lo iba a disfrutar mucho. ¿Como si ya hubiera estado ahí en sueños?

Empezó a cosechar éxitos en el mundo del cortometraje en 1998 en Nueva York. Recibió la mención especial en La Berlinale de 1999 con su cortometraje Dreamers, momento en el que entró en contacto con Fernando Trueba, encuentro crucial para el futuro. Luego vinieron Canciones de invierno (2004), comedia coral con cinco personajes un tanto excéntricos, presentado en el Festival de Las Palmas y corto ganador en la Primavera cinematográfica de Lorca. En 2005 presentó Los que sueñan despiertos y El álbum blanco. Félix Viscarret (Pamplona, 1975) estrena el 30 de septiembre su esperada nueva película Vientos de La Habana, un thriller policiaco ambientado en la capital cubana. Será la primera cinta del director desde su gran éxito en 2007 con Bajo las estrellas, adaptación de la novela El trompetista del Utopía de Fernando Aramburu protagonizada por Alberto San Juan y Emma Suárez, con la que el director obtuvo dos premio Goya y cuatro galardones en el X Festival de Málaga.