Con María Pagés (Sevilla, 1963), dijo José Saramago, "el suelo adquiere un misterioso poder de levitación, como si a la tierra le fuera imposible desprenderse de la tierra y diluirse en los aires siguiendo los caminos que sus brazos señalan". Este encantamiento escénico al que sucumbió el Premio Nobel de Literatura portugués caerá sobre las butacas del Teatro de la Abadía a partir de este jueves. La bailaora presenta Yo, Carmen, que toma de punto de partida el personaje de Bizet y Mérimée para desnudarlo de estereotipos masculinos y encontrar la esencia de la feminidad. El espectáculo lo estrenó en el Teatro Calderón de Valladolid en octubre del 2014 y desde entonces ha conquistado escenarios de todo el mundo.

Pregunta.- ¿Qué sensaciones tiene para el estreno de Yo, Carmen en los Teatros del Canal?

Respuesta.- Venimos con muchísima ilusión. Estrenamos este espectáculo hace año y medio y normalmente no tardamos tanto tiempo en venir a Madrid. Sin embargo quería que fuera en los Teatros del Canal y en una época tan bonita como la primavera. Además, tenía que ser al menos tres semanas seguidas para que el espectáculo tuviera fundamento y se asentara… Hemos venido cuando se han dado todas estas condiciones y ahora estamos exultantes y poniendo todo el cuidado para que salga lo mejor posible.

P.- ¿Qué fue lo que le llevó a encarar este reto de adaptar el mito de Carmen?

R.- El mito de Carmen habita en mí desde que tengo memoria. La música de Georges Bizet siempre está rondando a todos los que nos dedicamos a la danza o a las artes escénicas. Hace años trabajé en la película de Carlos Saura y también en la adaptación de Antonio Gades y por tanto es un personaje con el que ya tenía cierta relación. Después, muchas veces me proponían que elaborara mi versión pero siempre he tenido cierta resistencia porque no estoy de acuerdo con el mensaje que trasmite. En la novela y en la ópera la mujer no tiene voz, es una invención de los hombres, y si la trasladamos a nuestros días podríamos decir que es una víctima más de la violencia de género. Ese personaje no me interesaba tanto como para meterme en él.

P.- Entonces, ¿cuál fue el punto de partida?

R.- Realmente Yo, Carmen es el producto de una reflexión que me ha llevado años, una parte importante de mi vida, y que parte de mi experiencia de vida como mujer. Lo que me interesaba era dar voz a la mujer, esa voz que no está en la novela ni en la ópera. La novela es tremendamente injusta con la mujer. Comienza con un epígrafe que dice que la mujer es como la hiel y que solo tiene dos cosas buenas en la vida, la cama y la muerte. Por tanto, la intención de la obra se marca al inicio y encima se remata al final cuando dice: pobrecita, pobre mujer, la culpa la tienen ellos por haberla educado así. La obra no reivindica lo que a mí me interesa, que es el deseo de la mujer y el lugar que debe ocupar la mujer en el mundo.

Una imagen de Yo, Carmen de María Pagés

P.- ¿Por qué ese título, Yo, Carmen?

R.- Ese 'yo' no es un personaje o se refiere a María. Ese 'yo' es colectivo y se refiera a cada mujer. No es ese personaje exótico de una época romántica elaborado por autores extranjeros. Yo, Carmen hace referencia a la mujer en general, a mi vecina, a mi hermana, a mi mejor amiga... Además, Carmen sigue siendo el nombre más común en España a pesar de las modas.

P.- ¿Cómo encontró esa voz femenina individual y colectiva?

R.- He aprovechado las giras y los viajes para hablar con muchas mujeres con distinto origen, estatus, dedicación, edad, religión, cultura... He tratado de encontrar una idea universal de lo que es la mujer. También recurrí a la poesía de autoras como Akiko Yosano, Marguerite Yourcenar, Margaret Atwood o Belén Reyes, una poetisa de nuestros días que ha estado muy implicada en el espectáculo. También de El Arbi El Harti, que además de poeta es mi marido. Con él he tenido muchas horas de conversación porque también me interesaba escuchar a los hombres. Las opiniones y la solidaridad del sexo masculino son necesarias para intentar alcanzar esa igualdad que no se da hoy en día y que es uno de los valores por los que aboga la obra.

P.- ¿En qué se basó para elaborar la selección musical?

R.- La música se inspira en dos aspectos. El primero es la partitura de Bizet que, aunque su mensaje no me interesa y lo que intentaba era deshacerlo, tiene momentos maravillosos y una belleza que no podía dejar atrás. Y después hay otra parte de música original que ha sido muy gratificante elaborar porque contamos en la compañía con magníficos creadores de mundos musicales y sentimentales. Y después está la música popular flamenca con soleás, alegrías, farrucas, tanguillos, tonás… Los palos flamencos son nuestro fundamento.

@JavierYusteTosi