José Manuel Carrasco

El autor y director llega al Teatro Fernán Gómez con Todo irá bien, una comedia dramática sobre un grupo de treintañeros golpeados por la crisis, el paro y un montón de sueños rotos.

Tras su gran éxito en el circuito off, llega al Fernán Gómez la obra Todo irá bien, una "comedia trágica" escrita y dirigida por José Manuel Carrasco (Grenoble, Francia, 1979) que habla de la generación perdida de la crisis, de esa juventud que se embarcó muy joven en el mercado laboral y ahora no tiene formación ni herramientas para sobreponerse al precario presente. "Quería hablar de un sector de mi generación, compañeros míos de instituto, por ejemplo, que dejaron los estudios para dedicarse a la construcción y poder ganar dinero, y todo esto les ha reventado en la cara". Pilar es cajera en un supermercado que ve cómo su vida se derrumba el día de su treinta cumpleaños, cuando su novio (y jefe) la deja y la despide del trabajo. En ese momento Pilar se plantea la inevitable pregunta: ¿qué he hecho con mi vida?, y decide buscar la manera de cambiar. Protagonizada por Pilar Bergés, Ignacio Mateos, Laura Barceló y Juan Dávila, la obra combina escenas de enredo y humor ácido con fuertes dosis de punzante realidad social.



Pregunta.- Desde La Trastienda al Fernán Gómez, es un salto importante, ¿debe aspirar el circuito off a llegar a los grandes teatros?

Respuesta.- La aspiración es esa. Lo que tiene el teatro off es que hay un caldo de cultivo de autores, directores y actores que están proponiendo y haciendo obras realmente innovadoras y diferentes, así que creo que el objetivo es llegar al on, por así decirlo, como hemos llegado nosotros. Aunque sí ha habido sorpresa, porque somos ambiciosos con nuestro trabajo pero tampoco pensábamos llegar a donde hemos llegado. Nos hemos sorprendido gratamente tanto del recibimiento del público como de estar ahora en el Fernán Gómez.



P.- La obra es un reflejo de la sociedad, pero ¿hasta qué punto puede confundirse con la realidad?

R.- Al principio de la representación hay una voz, que normalmente hago yo, que dice precisamente lo que aparece en las películas, que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Es pura ironía lo que decimos ahí, porque creo que esta obra es la realidad. Mi objetivo a la hora de escribir el texto y hacer la puesta en escena es que fuese un lenguaje muy directo y cercano, unos conflictos fácilmente identificables. Hablar de una generación y de un grupo de personas que normalmente no se colocan en un escenario ni tienen voz en el teatro.



P.- ¿Y con su vida? ¿Qué hay de autobiográfico?

R.- Hay mucho mío en la historia, no es estrictamente autobiográfico porque no tengo nada que ver con los personajes, pero hay mucha cosa mía. Muchas dudas, muchos conflictos, muchos problemas que puedo tener los he puesto en escena para ver si podía entender un poco mejor lo que me estaba pasando. Además me he encontrado que todas las dudas y conflictos que tienen los personajes también las tienen los actores que los interpretan. Por eso creo que la función habla de algo que es universal, de quiénes somos y adónde vamos, de ese querer cambiar.



P.- La historia es bastante dura, pero se tolera mejor con ese toque humorístico, ¿en clave de humor todo se digiere mejor?

R.- Totalmente. Uno de mis grandes referentes es Billy Wilder, que siempre repetía "si quieres decir algo dilo sonriendo". La verdad es que ese toque se agradece, a nivel de dramaturgia es una comedia muy divertida e incluso a nivel de estructura tiene muchos elementos del vodevil. Pero sí que es verdad que hay un poso trágico, dramático, que me muevo en esos dos terrenos, porque ¿qué es la vida, una comedia o un drama? Pues ambas a la vez.



Escena de la representación de Todo irá bien. Foto: Diego Conesa

P.- Quizá el drama viene porque 30 años son muy poco para sentirse ya derrotado por la vida.

R.- Eso es lo trágico. Esta historia empezó en el momento en el que yo pasé a la década de los treinta, y me di cuenta de que lo que parecía ser el borrador es tu vida realmente. Es una etapa en la que dejas de ser joven pero aún no eres maduro, y ya tienes que empezar a tomar decisiones que van a condicionar el resto de tu vida. También te das cuenta de en lo que te has convertido y piensas ¿quiero ser realmente esto? ¿Y estoy a tiempo de poderlo cambiar? Hay una frase que dice el personaje de Pilar que yo me la aplico mucho "Esta es mi vida, y tengo la sensación de que me he quedado dormida y todo el mundo se ha llevado las mejores ofertas". Pues así son un poco los treinta, pensando que lo bueno va a venir más tarde, estás malviviendo tu vida.



P.- Precisamente el personaje de Pilar no reacciona hasta que llega un punto de inflexión: su novio la deja y la echan del trabajo, ¿falta quizá autorreflexión, vamos tirando hasta que nos tenemos que parar?

R.- Estos sucesos que sufre el personaje de Pilar son efectos colaterales de un problema de base, que es que no se ha hecho cargo de su vida realmente. Precisamente por no hacerse cargo de su vida se ha ido encontrando con personas tóxicas que le han perjudicado y no ha hecho lo que ella ha querido hacer. Sí que es verdad que hay un punto de inflexión más fuerte en la historia, una decisión que toma el personaje de Pilar que afecta mucho al resto, pero que no puedo desvelar.



P.- Ésta es una generación que perdió el compás, algo de lo que siempre se culpa a la crisis, pero ¿es sólo la crisis culpable o también nos hemos llenado la cabeza de pájaros con eso que decía de que lo mejor va a llegar?

R.- Creo que es una mezcla de las dos. Es cierto que la crisis nos cogió desprevenidos, pero sí que es verdad que hay una presión social que parece que te obliga al llegar a los treinta a tener tu vida encauzada, ya tienes que tener un trabajo fijo, una pareja o incluso familia... Eso nos lo han metido en la cabeza y es precisamente lo que acarrea mayor frustración de todo, porque con treinta te das cuenta de que sigues estando igual que con veinte y no tienes ni idea de cómo vivir. Y encima está la crisis, que hace todo menos ayudar. Es una generación bastante fastidiada por todo, por las ideas que nos han metido socialmente y por la situación laboral y personal en la que nos encontramos.



P.- Quizá en ese aspecto falta también un punto de realismo, porque la vida nunca es como es como te la imaginas, nadie tiene una vida ideal.

R.- Sí, pero vida solo hay una, así que el conformismo también es muy peligroso. Si tu vida no te gusta, o no te quieres a ti mismo, una de las claves, y puedes hacer algo para poder cambiar de vida, debes hacerlo.



P.- Tal y como está la situación en España a todos los niveles, ¿todo irá bien?

R.- Hombre, espero que sí. La obra ofrece una visión un poco irónica, pero yo creo mucho en el ser humano. Esta época ha sacado lo mejor y lo peor de cada uno, pero a mí me gustaría quedarme con lo bueno, con la solidaridad, la amistad, el apoyo... Así que tengo esperanza en que todo va a ir bien, no en que vaya a cambiar radicalmente porque debemos ser conscientes de la realidad en la que estamos, pero sí creo que vamos a estar bien.