Julia de Castro. Foto: Cristina del Barco

De La Puríssima, grupo liderado por la artista abulense, actuará este sábado en el Café Berlín con motivo de la celebración del Día de Todos los Santos.

"Por favor, no os olvidéis de Miguel Rodrigáñez", nos pide Julia de Castro (Ávila, 1984) antes de dar por finalizada la entrevista. Ya lo ha mencionado varias veces a lo largo de la conversación pero no quiere que olvidemos que el contrabajista es el otro pilar fundamental que sostiene De La Puríssima, un grupo que lleva haciéndose notar varios años por los principales escenarios madrileños con una irresitible mezcla de jazz y cuplé, aderezada con grandes dosis de provocación. Sin embargo, los focos apuntan a Julia por su capacidad de comerse el escenario con una puesta en escena tan arriesgada como absorvente, peineta de medio metro mediante. Julia además destaca por ser una joven sobradamente preparada: licenciada en interpretación por la RESAD (acaba de terminar El menor espectáculo del mundo en el Circo Price y estrenará en diciembre Cinco mujeres que comen tortilla en el Teatro Alfil), violinista e historiadora del arte. Hablamos con ella del concierto que dará De la Puríssima este sábado en el Café Berlín con motivo del Día de Todos los Santos.



Pregunta.- ¿Cómo surgió este proyecto de De La Puríssima?

Respuesta.- Surgió de una necesidad absoluta de expresarme. Cuando acabé en la RESAD, y como era muy complicado encontrar algo en el mundo de la interpretación, decidí probar en la música. Además de actriz soy violinista y siempre había querido cantar. En el último día en la escuela me encontré casualmente con un contrabajista, Miguel Rodrigáñez, y le propuse que tocáramos juntos algo de jazz. En principio no se mostró muy convencido porque no me conocía de nada pero después de las primeras pruebas en su casa me dijo que le encantaba lo que planteaba y que siguiéramos adelante con ello. Empezamos con versiones de canciones italianas y napolitanas, una selección muy friki que todavía no se había puesto de moda. Temas como Torero, Guaglione... Una apuesta muy peculiar que atraía a un público bastante concreto y muy fiel. Nos arropó muchísimo este entusiasmo y poco a poco empezamos a experimentar con los cuplés.



P.- Su puesta en escena es un reflejo de la idiosincrasia de las divas teatrales y las cupletistas de principio del siglo XX...

R.- Es más bien una mezcla. Una revisión muy biográfica, como no puede ser de otra manera. Efectivamente llevo una chaquetilla de torero, una peineta de medio metro también muy teatral... Pero no es que me fije solo en ellas... En algunas entrevistas, como la gente trata de clasificarlo todo, me han dicho que era un poco como Lady Gaga por mí extravagancia. Igual también hay algo de eso, es algo que me identifica y forma parte de De La Puríssima.



P.- Aparte de cuestiones estéticas, ¿qué otros aspectos le atraían del cuplé?

R.- Cuando descubrí el cuplé estaba en Londres y lo primero que me viene a la cabeza es la gran ignorancia que tenía de este género. Estaba allí estudiando interpretación y se pensaban que, como eramos españoles, sabíamos interpretar cuplés sin problema pero no era así. Por eso empecé a investigarlo, a escucharlos diariamente, me obsesioné y cuando llegué a España ya lo traía en la cabeza. Me gustaba muchísimo como el género recogía y captaba la idiosincrasia española. Ahora mismo no es que nos reconozcamos concretamente en sus letras pero su expresión y su esencia sí que la identificamos.



P.- ¿Bajo qué perspectiva ha trabajado el cuplé?

R.- Nunca se ha tratado el cuplé desde el punto de vista de la mujer. La historia del cuplé la ha escrito el público, que solo eran hombres, por lo que es muy subjetiva. Las cupletistas realmente eran auténticas performers no solo objeto de deseo. Pepa Anastasio, una española afincada en EE.UU. que ha hecho un estudio muy completo sobre el cuplé, afirma que eran las primeras performers. Tres minutos delante de un escenario es una creación no solo una interpretación. Cada tema lo cantaba cada cupletista de manera diferente. Además es nuestra cultura. A mí me enfada cuando dicen que hago cabaret o burlesque. No, yo hago cuplé.



P.- ¿Qué papel juega la provocación en De La Purissima?

R.- La provocación es la razón de ser del proyecto. Mi faceta de actriz provoca que siempre dé el 100 % en el directo. Además, lo que se canta tiene sentido aquí y ahora. Cuando canto, si alguien mira el móvil, paro el concierto porque lo concibo como algo recíproco. Yo no estoy ausente de lo que está ocurriendo. Hay gente que al principio se puede sentir incómoda pero al final se expande una sensación de autenticidad... Las representaciones salen así en función del público y un solo asistente puede modificar el resultado final. Hay mucho de irrepetible en los directos y a eso es lo que parece muy provocador, pero es que yo también soy así.



P.- ¿Alguna vez esta actitud ha sido mal entendida por el público?

R.- La interpretación es un momento casi religioso y hay una verdad y una honestidad incuestionable que hace que la gente entre en el espectáculo. Me gustan mucho los hombres y todos los temas que canto van sobre el género masculino, que ha tenido una importancia total en mi vida en los últimos años. Un día ocurrió una escena un poco violenta delante del público con un señor que entraba al juego conmigo y una novia celosa. Pero son momentos que acaban reforzando el directo y realmente no ocurrió nada. De hecho, las dos acabamos besándonos.



P.- ¿Cuáles son los temas que le gusta abordar en las canciones con De La Puríssima?

R.- Desde el principio era una necesidad componer y empece a partir de mis experiencias. De los 25 a los 29 años tuve una vida muy loca. Diría, además, que nadie folla más que los músicos. En la música hay un lenguaje que no tiene filtros y es muy potente y empecé a describir todas estas experiencias. Además, soy de Ávila que es una ciudad muy cerrada. Castilla sigue siendo, en materia de educación, muy fría al contacto, al sexo... Fui educada de una manera muy peculiar con un gran sentido de la culpabilidad. Y aunque soy católica practicante, ambas facetas las conservo perfectamente. Pero toda esa exploración pasional es lo que cuento en las canciones. Es mi vida y no creo que pudiera hablar de otra cosa. Yo no pienso en la canción, directamente me pongo a componerla, a partir de una idea.



P.- ¿Cómo ha sido la experiencia del disco Virgen?

R.- Miguel, que es el gran sabio del grupo, no quería hacer un disco de versiones así que nos esperamos a tener 12 canciones propias aunque a mí en principio me parecía que nunca llegaríamos a algo así y quería lanzarme con lo que fuera. En 2011 compuse el primer tema y en 2013 el último. Somos un grupo de Madrid, ahora estamos empezado a salir, pero en la capital se ha gestado y ha crecido y ha evolucionado De La Puríssima y la gente que nos sigue desde el principio se siente participe del grupo y fueron ellos los que nos demandaron algo físico. Necesitábamos 4.500 euros y por una campaña de crowdfunding conseguimos mil euros de más, por lo que nos sentimos muy halagados. Todo el trabajo durante la grabación estuvo remunerado y eso para mí es muy importante.



P.- ¿Cómo han lidiado con la distribución?

R.- Ahora mismo el disco no esta a la venta en ningún lado. Los mecenas del crowdfunding ya lo tienen pero no estará a la venta hasta 2015 gracias a que, por fin, hemos encontrado un mánager y un lugar donde hacerlo.



P.- ¿Qué podemos esperar del concierto del Día de Todos los Santos en el Café Berlín?

R.- Va a ser un concierto emotivo. Para mí siempre son una catarsis personal y en este caso estará relacionado con el Día de Todos los Santos. Si algo tenemos todos en común es que hemos despedido a alguien querido.