Kiko Veneno

El Círculo de Bellas Artes de Madrid es algo más que un lugar de recreo. Es un sitio para la reunión, un centro cultural en el que, además de teatro y exposiciones, se hacen conciertos. Algunas veces resultan ser bastante íntimos por la cercanía de sus salas. Este fin de semana Kiko Veneno (Figueras, 1952) hace gala de su experiencia con la guitarra en unas jornadas que ha preparado para que el público conozca los procesos creativos por lo que transitan sus canciones. Más solo que la una es el nombre que le ha dado a un espectáculo en el que se enfrenta con su guitarra al espectador. "Se trata de retomar la idea original de empezar con lo mínimo y esencial", ha comentado el artista.



Pregunta.- Está solo ante el peligro.

Respuesta.- Sí, no te puedes engañar ni a ti mismo. Puedes demostrar lo que tienes, lo que eres. Lo que des, lo mucho o lo poco, es lo que tienes. Y por parte del público también lo veo como la posibilidad de encontrarse con canciones que las han comprado o escuchado en la radio, en el coche conduciendo en un formato que les va a sorprender porque es más cercano a cómo fueron compuestas que cómo luego fueron presentadas. Si te gustan los coches, si te gusta un Mercedes vas a la fábrica y ves cómo lo hacen. Es la intimidad con las canciones, que el público pueda ver la motivación y las formas en las que se ha ido desarrollando como de qué soporte sale, las actitudes mías, conocimientos y artesanías me he valido para hacerlas.



P.- ¿Cómo ha configurado el concierto?

R.- Sensación térmica tiene un estilo diferente a lo que he hecho siempre y no voy a cantar canciones de este disco. Hago un recorrido por todos mis discos, por mi carrera. Desde las primeras a las últimas del último disco incluso algunas canciones nuevas. Muchas de ellas son poco conocidas, otras más y hay algunas que estoy seguro mis seguidores no han escuchado nunca como Ratita divina. Son temas que normalmente no suelo hacer en directo pero los he incluido en el proyecto porque me permite expresar cómo es mi proceso de creación.



P.- Hablando de este repaso a su trayectoria, ¿qué balance haría de su carrera hasta día de hoy?

R.- Magnífico y estupendo. De diez. Empecé con un concepto difuso de que tenía que hacer algo artístico y cuando he visto que hay canciones que las conoce la gente me siento contento y orgulloso de lo que he podido hacer. Es muy positivo.



P.- Una de esas canciones conocidas por todos y que no perece es Enamorao de la vida. ¿Qué hace de ella una canción especial?

R.- Enamorao de la vida aunque a veces duela, sencillez y, muchas veces, casualidad. No sé, no hay una fórmula para componerlas pero sí para reconocerlas. Se te pegan al cuerpo y ya está, no tiene más misterio.



P.- ¿No cree, por tanto, que haya una receta para una buena canción?

R.- Si hubiera un fórmula hubiera seguido haciendo Volando voy. Aparte de que soy un poco rebelde y me he negado a hacer más Volando voy, pero me he negado a muchas cosas porque fue dificultoso. Realmente el éxito de esa canción llegó muchos años después de que la compusiera y tampoco me he sentido con la necesidad de cultivar una vía de éxito porque no he tenido semejante vía. Pero sí me ha dado carta para seguir siendo lo que era y seguir ahondando en lo mío, en una cierta bohemia, en mi razón de hacer las cosas sin agobiarme por una productividad ni por lo que querían que hiciera.



P.- Aparte tiene un nuevo trabajo con Martín Buscaglia, El pimiento indomable. ¿Cómo surge la colaboración y qué peculiaridades tiene el mismo?

R.- Es un trabajo buenísimo. Yo empecé con el grupo Veneno y de ahí mi apellido. Fue muy doloroso porque yo tenía mucha fe en la banda que duró unos años. Pero realmente lo que me motivó fue formar un grupo. Martín ha tenido también buena experiencia, pero siempre más en solitario desde que empezó. En el 89 me empecé a dedicar en solitario y los dos somos individuales, tenemos nuestros propios proyectos pero nos encanta la dinámica de grupo y el Pimiento indomable es un grupo. Y significa eso, que somos un grupo y, por tanto, no son canciones mías ni de él y nos hemos juntado para cantarlas, no, las hemos compuesto entre los dos y no parecen ni mías ni de él. Es lo bonito, es como Los Beatles, que es muy diferente a lo que hacían John Lennon y Paul McCartney, salvando las distancias. Pongo un ejemplo así no por lo grande sino por lo cercano y fácil de comprender.



P.- ¿De dónde viene el nombre?

R.- Viene de nuestras ganas insaciables de compartir, de hacer música, de tocar la guitarra y de cantar a la vida y que no nos corrompemos por nada. Quizá es que no lloramos con el precio que nos han puesto. Hay que conservar esas ganas de hacer cosas y compartirlo. Es una sensación de sentir que somos indomables, aunque eso es muy relativo también, no nos vamos a poner de héroes, porque todos estamos muy apaleaos. Pero sí nos gusta el sentido del pimiento que, ahora con la agricultura industrial, los tomates, por ejemplo, son perfectos pero no saben a nada. Todo el producto es una porquería, no tiene valor de nada, es malo para el cuerpo ni tiene sabor. Pero el pimiento, ni con la agricultura química y artificial, es capaz de quitarle el sabor. Se lo han quitado a todo menos al pimiento, tiene tanta indomabilidad dentro que no hay forma de hacerlo.



P.- Ya que ha comentado lo maleables que somos todos, el pop ha sufrido un gran cambio en los últimos años. ¿Qué opina de las nuevas hornadas poperas de España?

R.- Bien, no te digo que vaya a sintonizar mucho con ellos porque tengo 62 años y muchos de ellos cantan a gente de 20. Pero una canción bonita es una canción bonita siempre. Yo comprendo y tengo una actitud positiva acerca de toda la gente que hace música, a toda la gente joven. Me gusta que la música transmita alegría y libertad. Esa honda me gusta mucho. Y luego hay cosas que no aguanto como esta música de discoteca muy forzada y tecno pero pienso que si yo fuera joven estaría con esa gente igual. Es música también y en todas las partes hay arte y se puede luchar por la individualidad o por la fuerza de la tribu, por la búsqueda de la belleza. Son conceptos que van cambiando y pertenecen a las generaciones. La gran aportación del pop es que cada generación añade algo nuevo y los que nos quedamos atrás no nos podemos a echar al día de todo lo que está pasando. Pero lo miramos con cariño y con respeto.



P.- Vivimos un momento en el que los sonidos son muy diversos

R.- Ahora hay géneros nuevos que auditivamente pertenecen a otra generación, a otra tecnología y forma de ser, de ver la vida. Está más cerca de una nube virtual y esto cambia mucho las coordenadas artísticas. Pero, lógicamente, las melodías bonitas las tienes que buscar. Hay un momento para todo. Intento ver la historia de la música desde los años 60 como una explosión porque la gente por primera vez se ha hecho dueña de su propia música y ha habido una producción masiva y ya no queda mucho por inventar.



P.- ¿Qué le queda por hacer? ¿Hay algún artista con quien le gustaría colaborar?

R.- Me gustaría hacerlo con mucha gente. Siempre he pensado en Bob Dylan y el hombre aún está a mano. Pero con cualquiera que me guste, hay mucha gente con calidad y no tengo problema en colaborar con nadie. No me queda por hacer nada, he hecho muchas canciones y las que me quedan mientras tenga energía y capacidad de sacarlo adelante. Estoy ya preparando nuevas canciones para el siguiente trabajo.