Mi padre, Santiago Corral, iba todos los veranos con mi madre al Festival de Bayreuth y como premio, cada año llevaba a uno de sus siete hijos. El año que me tocó a mí, fue el año del gran cambio del Festival en la representación de la Tetralogía, ya que Wolfgang Wagner, para conmemorar el centenario del estreno de El Anillo del Nibelungo, había encargado la dirección musical a Pierre Boulez y la dirección de escena a Patrick Chéreau. Todos habíamos ido allí llenos de curiosidad por ese gran cambio, pero todavía nos tocaba esperar dos días, por lo que mi iniciación a todo el ritual fue a través de Parsifal. No había vivido nunca una situación semejante, llena de ceremonias, de mitos y al mismo tiempo de respeto.



Comenzaba cuando empezabas a vestirte de gala, a atravesar el Parque para llegar al FestspielHaus, a sentir la emoción de estar en el Teatro, en el que el propio Richard Wagner había intervenido tanto, con sus particulares ideas sobre su acústica, solo madera, incluido el telón; con la orquesta oculta, para que su sonido no tapase la voz de los cantantes. La representación de Parsifal dirigida por Horst Stein, sin aplaudir después ningún acto, para no romper la espiritualidad que se respiraba, la música, los silencios. Todo contribuyó a hacer de aquella tarde/ noche una de las mas inolvidables de mi vida.




María de Corral (Madrid) es Coordinadora de la Colección de Arte Contemporáneo y Senior Curtor del Dallas Museum of Art (USA). Ha sido premiada con diferentes distinciones como LEO Award, Premio Art Cologne, Premio KOINÉ a su trayectoria, Chavelier y Officier de l´Ordre des Arts et Des Lettres de la República francesa y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.



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