Londres, otoño del 1997, grabando con la London Sinfonietta. Ritmo de ensayos intenso y fructífero, con músicos excelentes y entregados. Experiencia que supuso un antes y un después en mi carrera. Aprovechando ratos libres, escapada al Museo Británico y a la Tate Modern, visitados ya numerosas veces, recorriendo su vasta acumulación de tesoros con esa mezcla de agotamiento y deslumbramientos repentinos que suelen esperar al viajero, hasta que, de forma no premeditada e imprevisible, llega un día en que la empatía nos embarga y nos interpela de forma nunca antes experimentada, como algo personal, como una de aquellas epifanías que menciona Joyce.



Obras que se han visto muchas veces pasan a ser así, para quien las vive, presencias reales en el sentido invocado por el sabio humanista Steiner. Queda pues en mi memoria para siempre, la entrada en una sala de la Tate donde palpitaba la atmósfera serena y recogida de los Seagram Murals de Mark Rothko, evocando el temor y el temblor de lo sagrado, evidenciando la vocación mística y visionaria del pintor ruso-americano, sutil ritmo de proporciones, tonos y texturas, cuya musicalidad inspiraría años más tarde mi pieza de cámara Four Darks in Red. Seguidamente, pude ahondar en mi exploración sistemática de los prodigiosos Mármoles de Lord Elgin en el Británico. Aquí la sensación dominante de armonía, equilibrio y claridad compositiva escondía y revelaba una sabia estructuración de espacios, líneas de crecimiento y tensiones, cuya profundidad de campo, agonía de los cuerpos, fragor silencioso y elegantes gradaciones rítmicas sugerían nuevamente una genuina lectura musical.




Benet Casablancas (Sabadell, 1956) se formó musicalmente en Barcelona y en Viena, donde trabajó Friedrich Cerha y Karl-Heinz Füssl. Licenciado también en filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctor en Musicología por la misma universidad. Sus obras han sido interpretadas a ambos lados del Atlántico por solistas, conjuntos y directores de gran prestigio. En 2007 fue distinguido con el Premio Nacional de Música que otorga la Generalitat de Catalunya, el mayor reconocimiento que concede el gobierno regional en este terreno. Actualmente trabaja en la partitura de su primera ópera, Io, que parte del relato El fin del mundo como obra de arte de Rafael Argullol y se estrenará en el Liceo.

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