Cuando se escriba la historia de la cultura en España de las primeras décadas del siglo XXI, será inevitable dedicarle un capítulo central a un conflicto: el que enfrentó a las industrias de los contenidos musicales, audiovisuales y editoriales y sus intereses, con una nueva lógica de la circulación de las ideas. El escenario de esta guerra, por supuesto, fue internet.



Todo empezó con la lucha por mantener intacto el modelo clásico de propiedad intelectual a pesar de que un nuevo marco tecnológico y social lo desbordaba y convertía en obsoleto. El enfrentamiento acabaría teniendo repercusiones mayores porque la red transforma paradigmas que dan forma a muchos otros órdenes establecidos, incluyendo al corazón mismo de cualquier democracia: su sistema representativo. Muchos de los que acabaron llenando plazas para pedir una nueva política empezaron protestando contra una ley con nombre de ministra.



En 2012, esta historia se escribe en tiempo real y el conflicto de momento no ha amainado. Si acaso, sus límites son cada vez más difíciles de definir. Desde hace cuatro años en Barcelona, cada último fin de semana de octubre se analiza el estado de la cuestión y se celebran las conquistas obtenidas en nombre de las libertades en la red. Los oXcars y el Free Culture Forum son citas ya ineludiblepara analizar este proceso de transformación al que el establishment cultural primero se resistió y con el que está, ante falta de respuestas propias, cada vez más dispuesto a dialogar. Detrás de ambos hay una red extensa de voluntades y alianzas, pero en su centro, manteniendo la llama viva, está X.net, una de las entidades más intrigantes y poliédricas del activismo digital español.



La cara más pública de X.net es la inagotable y desbordante Simona Levi. Su larga trayectoria en la escena barcelonesa de las artes escénicas, al frente del festival In Motion y de la Sala Conservas en el Raval, le ayuda a hacer las labores de portavoz, pero es la primera en precisar que X.net es un organismo complejo, con un núcleo en el que conviven distintas sensibilidades, rodeadas por una amplia red de colaboradores. A comienzos de 2008, Simona vio como el vídeo promocional de su espectáculo Realidades avanzadas era retirado de Youtube, por supuesta -y errónea- infracción de derechos de propiedad intelectual. Ver como el derecho de autor se convertía en un principio que pasaba por encima de cualquier otra consideración le hizo acercarse a otros como ella, que luchaban contra el cánon digital o contra los problemas que la propiedad intelectual causa en la enseñanza universitaria. Así nace XGAE, la primera encarnación de X.net, una "asesoría legal especializada en defender la libre circulación de la cultura y apostar por un modelo de propiedad intelectual distinto del de SGAE".



Los oXcars, autoproclamados como "el mayor espectáculo de cultura libre de la Tierra", son la primera gran presentación en público de XGAE. Como celebración de los valores de la cultura compartida, las licencias libres y el copyleft, para Simona Levi nacen con una vocación entre didáctica y proselitista. "Al principio entendíamos que los artistas no habían comprendido el cambio de modelo ante el que estamos. Muchos de ellos estaban desamparados y había una necesidad de explicarles el nuevo contexto", explica. Varios años más tarde, el tono de su discurso está cambiando: "A estas alturas consideramos que quien no ha querido entenderlo ya no lo entenderá. Los que para defender su gremio y sus habichuelas apoyan leyes que pretenden recortar internet, como la Ley Sinde, son enemigos. Ya no tenemos la paciencia que hemos tenido hasta ahora".



Al espectáculo escénico de los oXcars le complementa, desde 2009, un espacio de reflexión y lanzamiento de ideas que ha jugado un papel muy importante, el Free Culture Forum. En su primera edición, el encuentro reunió a agentes y grupos de toda Europa que estaban empezando a construir una oposición coordinada contra las leyes de control de internet que querían introducir distintos países. Organizaciones como Quadrature du Net, con una estrecha relación con X.net, articulan la lucha contra la ley francesa de corte del acceso a la red por violaciones de derechos de autor, antecesora de leyes como nuestra Ley Sinde y que hoy se encuentra tocada de muerte. El Free Culture Forum de 2009 produjo un documento de conclusiones que consiguió una fuerte adhesión en la red: la Carta para la innovación, la creatividad y el acceso al conocimiento. El documento recoge la demanda de que el modelo de las industrias culturales no frene las capacidades de internet para facilitar el acceso al conocimiento.



Esto plantea una cuestión central: ¿qué otros modelos para el sector cultural son factible entonces? "A la Comisión Europea, por ejemplo, puedes hablarle de reforma del copyright pero si no solucionas el modelo económico de estas industrias, no interesará", añade Simona Levi. Un segundo documento, Modelos sostenibles para la creatividad digital, aborda este problema, en el que el Free Culture Forum se ha convertido en un foro de referencia.



La edición 2012, que arranca hoy, seguirá explorando el desarrollo de modelos económicos efectivos en el marco digital, pero sus propios responsables creen que este ya no es el problema más importante. "Si ayudamos al sector cultural a reformarse, desactivaremos el uso de la propiedad intelectual como excusa para censurar e intervenir internet. La razón por la que tenemos que conservar un internet libre es para atender las demandas de una democracia mejor y más participativa que la sociedad reclama. Sin internet libre no puede haber transparencia, libertad de información, ni dispositivos de democracia en red".