Denis Rafter. Foto: Chicho

El director de escena y actor estrena hoy en el Español su espectáculo 'Noche magistral sobre Shakespeare'

A este irlandés afincado en España desde los años 60 se le conoce más como director de escena que como actor. Sin embargo, Denis Rafter siempre tiene tres o cuatro monólogos en la cartera que interpreta de vez en cuando, para deleite de amigos y, sobre todo, de actores, pues muchos de ellos han sido alumnos suyos. Hoy, a las 20.00 horas, presenta en el Teatro Español de Madrid Noche magistral sobre Shakespeare, en el que dice sentirse como un torero, pues dará vida a algunos de los personajes del bardo inglés en su idioma original: "Lo que me interesa es comunicar sentimientos y emociones y estos son universales".



Pregunta.- Hace tiempo que lleva representando este espectáculo...

Respuesta.- Bueno, ha cambiado bastante desde que la imaginé hace cuatro años. Es como un camaleón, que muta según el público. Trato de mostrar la necesidad que tiene un actor de comunicar sus sentimientos a través de piezas de Shakespeare, de fragmentos de sus comedias, de poemas, de sus tragedias romanas. Al final demuestro la universalidad de Shakespeare a través de la universalidad de los sentimientos humanos. Y, por tanto, lo hago sin traducción. Bueno, damos al público alguna información, pero si soy capaz de comunicar emociones no necesito la traducción.



P.- ¿Es un gran desafío, no cree?

R.- Pues sí, de alguna forma me siento un poco torero. He hecho esta obra en Hong-Kong, en Ámsterdam y nunca sé cómo va a reaccionar el público.



P.- En el monólogo ¿hace una selección de los personajes de Shakespeare?

R.- Los presento a mi manera. No siempre los tomo en serio, procuro divertir al público y cuando lo consigo, cambio de dirección e intento llevarlo hacia otro estado. Paso de la comedia a la tragedia. Es como torear, pero con sinceridad. No miento, porque creo que un actor no debe hacerlo si quiere comunicar.



P.- ¿Usa máscara? Las fotografías le delatan como un clown.

R.- No. Solo al final. Parece contradictorio porque prácticamente hago todo el monólogo sin maquillaje. Y solo cuando hago de una de las brujas de Macbeth me pongo la máscara, una de clown trágico. En definitiva, es un juego para mostrar el teatro a través de la vida y la vida a través del teatro.



P.- ¿Podría decirse que esta pieza es una síntesis de su experiencia teatral?

R.- Sí. He hecho un gran trabajo de síntesis para llegar a la esencia, a lo que yo soy y a lo que soy capaz de demostrar en el escenario. Empecé a los siete años y me parece un privilegio poder hacer reíro o llorar al público. El actor es un ser que tiene la fortuna de poder comunicar sentimientos, no todos pueden hacerlo. Y por eso tiene que sentir una gran humildad.



P.- También va a presentar su libro Hamlet en España, que le ha editado Arteiz ¿Han entendido bien los artistas españoles a este personaje?

R.- Bueno, Hamlet entró en España en 1770, de la mano de Ramón de la Cruz, y yo en mi tesis llego a la conclusión de que es fácil encontrar en España un Hamlet original por varias razones. Pero para conocerlas hay que leer el libro.

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