Vivió en cuerpo y alma para sacar adelante el Diccionario de la Música Hispanoamericana. Emilio Casares, catedrático y director del Instituto Complutense de Ciencias Musicales, ha reincidido con el monumental Diccionario del Cine Iberoamericano, obra que publica estos días la SGAE y a la que ha dedicado diez años de trabajo. Al tiempo, prepara una Historia de la Lírica Española.

PREGUNTA: ¿Le asustó la propuesta de una obra de estas dimensiones?

RESPUESTA: Tanto, que me estuve resistiendo todo un año...



P: ¿Y cómo se gestionan 16.000 entradas de cine?

R: Mal. Hay que entenderse con 400 investigadores de más de 30 países con sus puntos de vista, sus maneras de escribir y haciendo respetar unas normas redaccionales. Hay que "gestionar" incluso a algún protagonista que envía una carta prohibiendo que su nombre salga en el Diccionario. Y, sobre todo, hay que gestionar que llegue el dinero.



P: ¿Cómo llevaría dejarse algo en el tintero?

R: Bueno, debe de ser muy fácil dejarse cosas. Desde luego, lo he vigilado todo. En concreto, algunas voces venían que parecían auténticas novelas...



P: ¿En quién se apoyó para edificar esos diez tomos?

R: Primero en Teddy Bautista, que nos lanzó a todos a esta aventura; en los directores cientíticos Eduardo Rodríguez Merchán, Carlos F. Heredero e Iván Giroud, y en un equipo editorial con el que llevo trabajando cerca de 20 años.



P: "González Macho, Enrique". ¿Como actualizaría esta "entrada" tan reciente?

R: Es una cuestión ideal para que se la lance a los mencionados directores científicos.



P: ¿Cómo se habla del cine malo pero con éxito en taquilla?

R: Empleamos casi un año justamente en marcar esos criterios. El cine al que hace referencia existe, como existen los malos partidos de fútbol.



P: ¿Qué hoja de ruta sigue una obra que no tiene precedentes?

R: Nos hemos dejado llevar por la experiencia del Diccionario de la Música Hispanoamericana. En estos momentos está en todas las bibliotecas del mundo.



P: ¿Cuál ha sido su mayor hallazgo?

R: Saber en qué consiste el cine de ciertos países de Centroamérica.



P: ¿Ayudará a acabar con algunos complejos de nuestro cine?

R: No tengo la menor duda.



P: ¿Se ha olvidado de la música en estos diez años de trabajo?

R: ¡En absoluto! En primer lugar porque en esta obra aparecen nada menos que 585 compositores de cine. Y, sobre todo, porque mi vida es la música.



P: ¿Cómo le suenan las bandas sonoras en nuestro país?

R: Estupendamente. Existen buenísimos compositores. Es de lo mejor que se hace en el mundo. Y lo hago extensible a toda el área iberoamericana.



P: ¿Está pensando en algún nombre en concreto?

R: Claro, tenga en cuenta que hay una larga tradición de grandes nombres que han hecho música para cine como Bernaola, Luis de Pablo o García Abril. Ahora hay importantes figuras que se especializan con unas armas enormes, de gran formación clásica. Desde Pepe Nieto a Alberto Iglesias. A veces se olvida que la música para cine es música y punto.



P: ¿Tenemos una deuda con los compositores actuales?

R: Desde luego. Y no sólo con los de cine, también con los llamados clásicos. La música en España está obscenamente olvidada.



P: ¿Cómo van sus contactos con Mortier para hacer ópera española en el Real?

R: Bueno, he tenido dos reuniones con él (o él conmigo). Le he presentado una lista posible en la que hay diez obras magníficas, y de esas diez podrían salir dos pero aún no hay nada decidido.



P: ¿Patinó el director belga al cuestionar la calidad de las voces españolas?

R: Creo que sí.



P: ¿Piensa que escándalos como la puesta en escena del último Rey Roger, de Szymanowsky, benefician a la ópera?

R: Lo dudo, a no ser que el "escándalo" en sí sea un valor.



P: ¿Qué siente al custodiar el baúl de la zarzuela española?

R: Un gran cabreo porque uno está rodeado de joyas que nadie conoce y que se mueren de incuria. No hay derecho.



P: ¿Cómo zanjaría la polémica sobre la gestión de la SGAE (devolución de originales, materiales de orquesta...)?

R: No hay polémica. Lo que hay son unas normas que marca la ley. Le diría más: estamos haciendo un trabajo de recuperación admirado y premiado en todo el mundo.