Rubén Amón. Foto: Antonio M. Xoubanova
Presenta hoy, en el Teatro de la Zarzuela, la biografía de Plácido Domingo.
Pregunta.- Un coloso, en el teatro del mundo y por la editorial Planeta. ¿Cómo ha hecho para que quepa en un tomo un personaje que da nombre a un Boeing?
Respuesta.- No hay forma de contener a Plácido Domingo. Ni siquiera en 400 páginas contantes y contadas. Cuando empecé a escribir el libro había cantado 131 papeles. Cuando lo terminé eran 134.
P.- Hay dos tipos de biografías, las que mitifican y las que desmitifican. ¿A qué orden pertenece la suya?
R.- No es una biografía exactamente, pero exactamente sí es un ejercicio implícito de mitificación (y de mixtificación).
P.- Tengo entendido que decidió ponerse a escribir después de un capítulo de Los Simpson...
R.- Se titulaba El Homer de Sevilla
P.- Aquello fue en 2009. ¿Cuánto ha cambiado su percepción de Domingo 398 páginas después?
R.- Creo haber escrito un libro original y plácido.
P.- ¿Ha quedado algo en el tintero? ¿Algún Domingo maldito, quizá?
R.- Nunca me interesó la vida privada del maestro.
P.- ¿Y cuál fue el veredicto de Domingo después de "leerse"?
R.- Que se emocionó y que descubrió cosas nuevas.
P.- La música clásica está llena de gustos y tendencias irreconciliables. ¿Es posible admirar juntos, y por igual, a Domingo y a Kraus?
R.- El mejor melómano es aquél al que le caben más tenores en la cabeza.
P.- Por su cumpleaños, Domingo ha pedido cuatro "añitos" más. ¿Cuántos le augura usted?
R.- Tantos como cumplió Kozlovsy. Más de 90.
