Renault Megane.

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La OCU no descarta emprender acciones legales contra Renault por los fallos de sus motores

La organización está evaluando las más de 400 reclamaciones presentadas y mediará con Renault antes de acudir a los tribunales.

22 junio, 2019 14:29

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El fallo en los motores de los coches Renault, Dacia y Nissan que provoca un consumo de aceite por encima de lo normal preocupa a los propietarios de estos coches y organizaciones de usuarios. Muestra de ello es que, en solo tres semanas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya ha recibido más de 400 reclamaciones por este asunto. El organismo trabaja continuamente en ello y empieza  a elaborar el plan que van a seguir, en el que se incluye emprender acciones legales contra la empresa automovilística si no llegan a un preacuerdo.

La OCU tiene su procedimiento claro. Primero quiere recopilar la documentación e investigar los casos. Cuando ya lo tenga, hará una mediación previa a cualquier tipo de acción con Renault, donde verán su respuesta. En función de como vaya esto, si llegan a un acuerdo zanjarán el asunto y, si no, emprenderá acciones legales contra la compañía.

Se trata de un procedimiento en el que el organismo trabaja continuamente y que les llevará su tiempo. La organización todavía está en fase de recopilación de la documentación y evaluación. “Nuestra idea es recopilar los casos, seleccionarlos y ver las cuantías de las averías”, explica a este periódico el portavoz de la OCU, Enrique García. Este proceso puede durar meses, por lo que no prevén hacer algo concreto “antes de que acabe el verano”, añade.

El motivo de esta prolongación en el tiempo es que el organismo no quiere adelantarse ni hacer reclamaciones individuales. “Nosotros lo que queremos es un tratamiento común y beneficioso para los consumidores”, afirma. 

Más de 100.000 coches afectados

Los fallos en estos motores se deben a un problema de fábrica que provoca un consumo excesivo de aceite superior al litro por cada 1.000 kilómetros. Un problema que afectaría a alrededor de 100.000 coches en España y que, como explica García, “puede generar una avería grave en el motor”. 

Según informó la organización de consumidores hace unas semanas, este fallo en el motor puede ocasionar problemas que van desde roturas del árbol de levas y válvulas hasta gripados en los motores, reparaciones cuyo coste puede alcanzar los 4.000 euros. 

Los modelos afectados por este fallo son los Captur, Clio 4, Kadjar, Kangoo 2, Megane 3, Scenic 3 y Grand Scenic 3 de Renault; los Duster, Dokker y Lodgy de la marca Dacia; y los modelos Juke, Qashqai 2 y Pulsar de Nissan. 

Renault, conocedor del fallo

Renault, por su parte, no ha aportado declaraciones sobre el asunto. Sin embargo, EL ESPAÑOL ha podido saber que la empresa automovilística conocía este fallo en los motores desde hace años.

Hace dos semanas, este periódico contactó con uno de los afectados. Según contó, compró un Renault Captur 1.2 gasolina en 2017 y, cuando fue a hacer la primera revisión, en el taller le dijeron que el coche había consumido más aceite de lo normal para los pocos kilómetros que tenía. Una anomalía a la que la casa no le dio importancia y por la que tampoco dieron al cliente una explicación. 

Según este, simplemente le dijeron que “perdía aceite y era necesario cambiar una pieza, pero no me dieron una explicación concreta”. Tampoco le explicaron qué cambios le hicieron al coche y si esto era algo habitual o no. Simplemente, que se trataba de “una anomalía que no debería aparecer en un coche tan nuevo”. 

Sin embargo, Renault mantiene un silencio absoluto en lo que respecta a esta cuestión. En la OCU insisten en que la empresa automovilística “es consciente de este fallo, pero se niega a reconocer su existencia, que le obligaría a reparar de forma gratuita los motores de todos los vehículos afectados”. 

Por esta razón, y ante el clamoroso silencio, la organización instará a la marca para que haga públicas las cifras de las averías sufridas por los motores afectados y cuáles han sido las medidas adoptadas para reparar los posibles perjuicios sufridos por los usuarios. Si no reciben una respuesta y cuando presente la reclamación conjunta no llegan a un acuerdo, no dudarán en emprender acciones legales.