Acciona firmó un 2018 sobresaliente. Sin hacer grandes aspavientos, la compañía presidida por José Manuel Entrecanales tomó durante el pasado ejercicio una serie de decisiones que le han permitido reducir deuda, disparar beneficio y colocar los pilares para los próximos ejercicios.

Las desinversiones, con la venta de Transmediterranea a la cabeza, han permitido a Acciona reducir un 17 su deuda a la vez que han lanzado su beneficio hasta los 328 millones, un 49% más que en 2017. Además de esto, la compañía confía en seguir por esta senda durante el próximo ejercicio. Las previsiones presentadas durante esta semana indican que, en 2019, la dirección de Acciona confía en que el beneficio de la empresa crezca por encima del 10%.

Un año, el próximo, en el que Acciona llegará a la antesala de un ejercicio clave para su futuro. 2020 será el año en el que la empresa de sus primeros pasos en el transporte de pasajeros por ferrocarril. Entrecanales ha anunciado que, a falta de cerrar el plan estratégico con su futuro socio, tiene pensado invertir del orden de 500 millones de euros en la aventura ferroviaria. 

Una nueva etapa en la que será clave la decisión final de qué operador ferroviario elige Acciona como socio. De la terna entre la operadora pública francesa SNCF, la italiana Trenitalia y el operador privado Italo saldrá el compañero de viaje de un proyecto empresarial que promete cambiar el negocio del transporte de pasajeros por ferrocarril en España.

Se agotan los calificativos positivos para ACS. La compañía presidida por Florentino Pérez no parece tener límites. El pasado año quedará señalado como el ejercicio en el que la deuda de la empresa quedó a cero. Un camino que comenzó en 2011 y en el que ACS ha conseguido hacer desaparecer los 9.000 millones con los que estaba valorada su deuda hace, tan sólo, siete años.

Si sobresaliente es ya la mera consecución de este hito, más crece el mérito si se conoce el contexto en el que se ha conseguido. Durante 2018, ACS ha superado los 900 millones de euros de beneficio. Esta cifra supone mejorar el 14% el resultado del ejercicio del año anterior. Un año en el que, además, la cartera de trabajo futuro de la empresa se sitúa en los 72.223 millones de euros.

Y todo esto se ha conseguido mientras ACS se hacía con la joya de la corona de su negocio. La toma de control en Abertis permitirá al grupo potenciar se negocio gracias a la integración vertical de la concesionaria. Ahora, podrá optar a construir infraestructuras que, además, tendrá capacidad para explotar durante décadas. Un círculo virtuoso que, con sólo seis meses en 2018 bajo su control, ya le aportó 175 millones de euros a su beneficio.

En este contexto, lo difícil es poder prever dónde están los límites futuros de esta empresa. Pérez ya ha puesto el listón para el próximo año: superar los 1.000 millones de euros de beneficios.