Paco se mantiene serio, concentrado, metódico, profesional, ajeno a las prisas dentro de la  concurrida cocina que comparte con sus compañeros y de las miradas del público que, al otro lado de la ventana, atiende con interés sus últimos pasos para dejar su plato perfecto. En pocos minutos, un jurado "cariñoso pero muy exigente" valorará su trabajo y el de su equipo y tomará la decisión: quién gana la II edición de la iniciativa Chef 21, organizado por Cafestore, filial de Sacyr Servicios.

Esta iniciativa, vestida de concurso, a la vista del nivel de los platos que se presentan es mucho más que eso. Se trata, esencialmente, de un evento cuyos ingredientes, casi en sentido literal, son los propios chicas y chicos que se han colocado el delantal y el gorro de chef y se han puesto manos a la obra para demostrar su valía y, de paso, decir que ellos, aún teniendo síndrome de Down, pueden tener su hueco en el mercado laboral.

Tras la primera edición, dos chicas desarrollaron sus prácticas en alguno de los establecimientos que Sacyr Servicios tiene en España. No es algo que tomarse a la ligera, ya que el grupo tiene establecimientos en instalaciones de máxima exigencia como hospitales, comedores de empresa o restaurantes. Son lugares con una presión añadida en los que Alina y María, las dos protagonistas en 2018, han demostrado su valía: actualmente, ambas siguen trabajando en la hostelería.

Una puerta al mercado laboral

Ana María, junto al tutor del equipo blanco,José Miguel Ouro.

Ana María, junto al tutor del equipo blanco,José Miguel Ouro. Luis Cerdeira Sacyr

Por eso, para estos seis "valientes" que conforman los dos equipos de esta edición -Paco, Ana María, Onerfi, Cristina, Irene y Nicolás-, Chef 21 ha sido una experiencia divertida pero también un escaparate de cara a su futuro. Y es que Sacyr ha puesto un empeño especial para que este certamen no sea únicamente una forma de pasarlo bien sino de ser una puerta de entrada al mercado laboral. Así lo explicaba Fernando Lozano, Consejero Delegado de Sacyr Servicios: "Nosotros ya trabajamos con personas con capacidades diferentes en algunas de nuestras oficinas. De hecho, tenemos un centro especial de empleo que ofrece servicios de facilities realizados por personas con discapacidad. Fundaciones como Down nos dan soporte para que estos trabajadores se integren como uno más en nuestra plantilla. Estos profesionales generan un ambiente muy bueno, hacen la oficina más humana y eso redunda en un mejor desempeño".

Estos profesionales generan un ambiente muy bueno, hacen la oficina más humana y eso redunda en un mejor desempeño

Fernando Lozano, Consejero Delegado de Sacyr Servicios

Lozano resume este espíritu con el "ánimo y la fuerza que se transmiten" y lo cierto es que ese entusiasmo resulta contagioso y trasciende los fogones del restaurante Deliquo, donde se celebró el evento. Esa ilusión compensa la presión de cocinar ante el público porque presentaron un menú que conquistó al jurado y a quienes, una vez acabada la cata, pudieron probar las elaboraciones de ambos equipos.

Junto a Fernando Lozano, entre los jueces también estuvieron Patricia Martínez, Directora de Recursos Humanos Sacyr Servicios; Jesús Campanario, Patrono de Down Madrid; y Jaime Nava, jugador profesional de rugby e internacional con la selección española.

Por un "futuro más normalizado para ellos"

Las palabras de presentación de Jesús Campanario fueron las más emotivas. Como padre de una hija con esta discapacidad y en calidad de Patrono de la Fundación Down Madrid, agradeció esta iniciativa de Sacyr que ayuda, como su institución, "a desarrollar su autonomía e integración social" de estas personas y, de paso, visibilizar el potencial de este colectivo y "sus competencias, que muchas veces son desconocidas para la gente que no está en contacto diario con ellos". "Gracias a esto", añade, "ves que es posible un futuro para nuestros hijos relativamente normalizado. No podéis imaginar la satisfacción que sentimos viendo a toda la gente que hay aquí colaborando e involucrándose".

Sin embargo, dar la oportunidad a personas con síndrome de Down es algo relativamente nuevo. Campanario recuerda que "no hace tanto, los niños que tenían estos problemas estaban recluidos en casa, no salían… ahora empiezan a ir a estudiar, a hacer deporte, a integrarse en el mundo laboral. La sociedad tarda mucho en cambiar e irse adaptando", concluye. En esta línea, Lozano afirma que este tipo de iniciativas también sirven para que las empresas, como Sacyr, "devuelvan a la sociedad parte de lo que reciben: queremos que sea algo diferencial en nuestra compañía", asegura.

Nicolás (izq.) e Irene, junto a Rafael Marcos, tutor del equipo azul.

Nicolás (izq.) e Irene, junto a Rafael Marcos, tutor del equipo azul. Luis Cerdeira Sacyr

El encaje 'persona-puesto'

Patricia Martínez, Directora de Recursos Humanos de Sacyr Servicios, es una de las propulsoras de este proyecto. Por eso, más allá del concurso, destaca cómo la prioridad es la de "abrir la expectativa tanto a los chicos como a los padres de que tienen oportunidades para trabajar. Y también incidir en la diversidad en general, que es un objetivo estratégico para Sacyr. Creemos que las personas con discapacidad intelectual también tienen su hueco en el mercado laboral. Lo importante es el encaje persona-puesto y hay posiciones que pueden cubrir perfectamente estas personas".

Es algo lógico dado que, como recuerda, "todos ellos ponen mucho empeño y mucho esfuerzo en aprender y eso se refleja en el resultado de su trabajo y en el aprovechamiento de la formación que les ofrecemos a través de este programa". De hecho, entre las cualidades de estos chicos, Martínez coincide con el Patrono de Down Madrid al ensalzar "la concentración, las ganas, la ilusión y una orientación por el detalle en muchos casos superior a la que encontramos en otros profesionales". "Es una contribución mutua: no sólo aprenden ellos, también es un aprendizaje para nosotros", concluye.

Los concursantes posan con sus diplomas y el jurado durante la entrega de premios.

Los concursantes posan con sus diplomas y el jurado durante la entrega de premios. Luis Cerdeira Sacyr

En realidad, y parafraseando a Nicolás, uno de los participantes, se trata de "darle sabor a la vida" casi más que a los platos. Aunque lo cierto es que incluso a nivel culinario lo clavaron. Palabra de experto, la del jugador de rugby Jaime Nava. Además de ser uno de los mejores en este deporte, Nava participó en la tercera edición del famoso programa televisivo MasterChef Celebrity. De ahí que su veredicto estuviera argumentado en base a sus dotes culinarias: "Se nota que vuestro trabajo está hecho con cariño y con pasión. Lo importante es lo que seas capaz de hacer en la cocina y la actitud que le pongas porque al final del día eso es lo que marcará la diferencia en vuestras vidas", dijo el ex capitán de la selección española.

Lo importante es lo que seas capaz de hacer en la cocina y la actitud que le pongas porque al final del día eso es lo que marcará la diferencia en vuestras vidas

Jaime Nava, excapitán de la Selección Española de Rugby

Por eso, al final del concurso "se cumplieron todos nuestros temores", continuó Nava ante el aplauso generalizado: "Todos habéis superado las expectativas y no puede haber perdedores. Todos sois ganadores".

Y tras el veredicto, turno para los diplomas pero, sobre todo, para pensar que iniciativas como esta son una llave para abrir la puerta del mercado laboral para estas personas. Chef 21 es el programa inclusivo de Sacyr en su línea de restauración aunque la empresa, en el marco de su plan general de diversidad, ya alcanza a otros colectivos a los que forma en cada una de las actividades del grupo. El objetivo es la inclusión pero, sobre todo, avanzar hacia una sociedad más justa e integradora.