La lucha contra el dopaje en España está viviendo una fuerte crisis entre instituciones. El pasado día 8 de febrero, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) anuló la sanción que impedía correr al ciclista Ibai Salas durante cuatro años por irregularidades en su pasaporte biológico.

Este documento electrónico secreto recoge los resultados de los análisis de sangre y orina que periódicamente, y por sorpresa, se les realizan a los deportistas y, aunque no detecta sustancias prohibidas, sí detecta los efectos negativos que estas dejan en el organismo. 

La sanción había sido impuesta por la Agencia Española para la Salud y el Deporte (AEPSAD), organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, el pasado mes de octubre al registrar valores anómalos en el documento del deportista durante el año 2017.

El ciclista recurrió su sanción al TAD –es la primera que se producía por irregularidades en el pasaporte biológico- al considerar que no se había producido de manera incorrecta, y ha conseguido su propósito.

La AEPSAD se acoge la legislación

Esta retirada de la sanción ha abierto una guerra entre la AEPSAD y el TAD. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con la AEPSAD, donde entienden que "no hay ningún problema en aplicar directamente los estándares internacionales en España. El pasaporte biológico es una prueba más y en España hay jurisprudencia que así lo avala". 

La ley en la que sostienen esta argumentación es la Ley Orgánica 3/2013 en la que se recoge al pasaporte biológico como una prueba más para la acreditación de una infracción por dopaje.

"La Administración y la persona afectada por aquél podrán servirse de todos los medios de prueba admisibles en derecho, incluido el pasaporte biológico si existiesen datos sobre el mismo", explica la redacción del artículo.

Ibai Salas con el Maillot de puntos VoltaCV

Desde el TAD han indicado que el pasaporte biológico de Salas no permite conocer si el deportista consumió una sustancia prohibida o utilizó un medio no permitido, ni tampoco dónde ni cuándo se pudo consumir, por lo que "la causa de este modo de proceder es que no se ha dado cumplimiento completo a la normativa sobre pasaporte biológico que contiene la Ley Orgánica".

"El pasaporte biológico no tiene por qué decir la verdad"

Además, la corte deportiva, concluye que la AEPSAD no llevó a cabo la investigación necesaria en este tipo de casos y añade que "el pasaporte biológico no cuenta con una presunción alguna de veracidad".

Sin embargo, la AEPSAD señala que los pasaportes biológicos desarrollados por el organismo que dirige, "respetan escrupulosamente lo que establece la Ley Orgánica 3/2013 y los estándares internacionales que dicta la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)".

El TAD recuerda una antigua doctrina del Supremo, y que incluso llegó a plasmarse en las actas arbitrales, según la cual "la utilización de esta técnica de imputación de hechos es discutible, en la medida que no concreta ni en el espacio ni en el tiempo la producción de una determinada acción u omisión".

Ante la falta de un reglamento que especifique la forma de actuar en estos casos, en el momento de la detección de irregularidades, la AEPSAD envió los resultados obtenidos en el pasaporte de Salas a un laboratorio de Lausana (Suiza) donde los especialistas lo sometieron a las pruebas del software diseñado por la AMA.

Esta prueba se realizó por "tres expertos con un rigor y un bagaje científico que da absoluta seguridad", por lo que desde la AEPSAD no entienden las acusaciones de falta de investigación por parte del TAD. 

Ibai Salas durante una carrera EFE

Para la corte deportiva, esta sanción errónea ha perjudicado gravemente al que hasta el pasado mes de agosto fuese corredor del BH-Burgos y ha perjudicado sus derechos.

Desde el entorno de Salas se ha lanzado un comunicado en el que expresan que "esta irregular actuación de la AEPSAD ha supuesto el final de la carrera como ciclista profesional de Ibai Salas, acusado injustamente de dopaje y pasando un calvario que ha durado más de diez meses hasta poder demostrar su inocencia".

Pese al calvario de estos meses, Salas podrá volver a correr ajeno a la disputa que se ha abierto entre dos organismos que deben velar por las normas antidopaje.  

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