En España, los perros son la opción número 1 a la hora de tener una mascota en el hogar... Y estos, en ocasiones, nos hacen pasar por momentos incómodos o por manías que no siempre llegamos a comprender, en ocasiones se frotan con todo lo que encuentran a su paso, otras optan por rascarse insistentemente, por comer piedras o como en este caso, por lamer insistentemente sus partes. Pero ¿Por qué los perros tienen esta manía? ¿Se trata de algo normal? Aunque el hecho de que un perro se lama sus partes, puede ser visto como un momento incómodo o un gesto obsceno para algunos dueños, la realidad es muy diferente y además de ser un comportamiento natural de estos peludos, también es completamente normal, siempre y cuando no se convierta en un comportamiento compulsivo.

Aún así, pueden ser varias las causas que lleven a nuestros perros a lamerse sus partes y estas pueden ir desde una simple manera de acicalarse y mantenerse limpios a una posible enfermedad, en el caso de que este comportamiento se convierta en algo demasiado frecuente y repetitivo en nuestra mascota. Te contamos algunas de las posibles causas.

Una manera de acicalarse y limpiarse

Esta suele ser una conducta principalmente relacionada con la higiene de nuestra mascota y que no solo se da en los genitales. Este tipo de limpieza y momento de aseo de nuestro perro es especialmente importante para mantener una correcta limpieza de sus partes sensibles y fundamental por lo tanto, para prevenir futuros problemas o infecciones. Aún así, además del lamido que pueda realizar nuestro perro para acicalar sus partes, en el mercado también existen diferentes productos que permiten un correcto lavado de estas zonas, por lo que también pueden ser una gran ayuda para garantizar una correcta higiene de nuestro perro y evitar la proliferación de bacterias o incluso hongos en estas zonas.

Algo aún más importante en el caso de las perras, ya que tienen una mayor tendencia a posibles microorganismos del ambiente y a tener vaginitis, ya que su vulva se encuentra expuesta en todo momento.

Por todo ello, si nuestro perro lame sus partes y se acicala también otras partes de su cuerpo puede ser una conducta totalmente normal, pero conviene estar atentos a la frecuencia y a otras señales que podrían indicarnos otro tipo de problemas.

Por estrés y ansiedad

Si esa manía comienza a convertirse en algo demasiado frecuente y en un comportamiento compulsivo y además comenzamos a apreciar la caída del pelo en esa zona o un enrojecimiento de su piel, entonces podría tratarse de una señal de aburrimiento, estrés o incluso alguna otra causa subyacente que convendría consultar con el veterinario.

Si el lamido es compulsivo y también lo hace en otras partes de su cuerpo o incluso por algunos rincones de la casa o el suelo, puede ser un síntoma de aburrimiento, de ansiedad por separación o por falta de estímulos ambientales, en cuyo caso habría que comentar el problema con un especialista canino.

Presencia de infección, alergia, hongos o pulgas

Como te hemos explicado anteriormente, la frecuencia de ese lamido que nuestro perro hace de sus partes, puede ser un claro indicador de la causa por la que lo hace y si esa manía es algo demasiado frecuente, puede que nuestro perro padezca alguna infección cutánea, alergia, hongos o incluso pulgas. En cuyo caso, sería precisamente el picor en esa zona lo que le llevaría a lamer insistentemente sus partes o incluso a producirle la aparición de dermatitis o pequeñas úlceras en la piel causadas por ese comportamiento repetitivo.

Ante cualquier sospecha de que nuestro perro pueda tener cualquiera de estos problemas en la piel, tendremos que acudir al veterinario para tratar y solucionar el problema.

Por placer

Por otra parte, los perros también pueden lamer sus partes como parte de un comportamiento sexual y para darse placer a ellos mismos. Un comportamiento que tanto los perros macho como las hembras (a partir del primer celo) pueden tener lamiendo su pene o su vulva simplemente para masturbarse y darse placer. Un comportamiento completamente normal y que por lo tanto no deberá preocuparnos, a no ser que notemos que este comportamiento se vuelve algo compulsivo o que sus partes presentan anomalías o se encuentran irritadas, en cuyo caso sí tendremos que acudir al veterinario.

También te puede interesar...