El español está lleno de expresiones muy curiosas como puede ser una muy utilizada: "poner los cuernos" o "ponerse los cuernos". A pesar de usarla con mucha frecuencia, ¿conoces el origen de esta frase hecha? Existen muchas dudas con respecto al momento en qué surgió este modismo popular. Lo que sí que está claro es que tiene un único significado: ser infiel, en el contexto de una relación romántica de pareja o matrimonio. 

Origen expresión "poner los cuernos" 

En primer lugar, existe una teoría que vincula esta expresión con los vikingos. En la cultura vikinga, los hombres vikingos podían yacer con cualquier mujer, estuviera casada o no. En consecuencia, cuando en una casa estaban teniendo lugar este tipo de relaciones sexuales, los vikingos solían poner su casco en la puerta para no ser molestados. Como ya sabemos, el casco vikingo lleva dos cuernos, uno a cada lado. 

Casco vikingo

En el año 1066, según los historiadores, se pone fin a la era de los vikingos, es decir, en el siglo XI. Sin embargo, durante toda la Edad Media, sin saber si lo empezaron a hacer los vikingos o no, se extendió el uso de esta práctica. En consecuencia, en otras poblaciones no vikingas, los hombres ponían cuernos en las puertas de las casas cuando se estaban produciendo relaciones sexuales fuera del matrimonio. 

Sin embargo, en la Edad Media estas prácticas sí que eran castigadas. Normalmente, fuera de los poblados vikingos, los hombres no permitían que sus mujeres yacieran con otros, de tal forma que sí se encontraban con un cuerno puesto en la puerta de su casa, las consecuencias podrían ser graves. 

La RAE posee doce definiciones para el término "cuerno". La primera y más frecuente es: "Prolongación ósea cubierta por una capa epidérmica o por una vaina dura y consistente, que tienen algunos animales en la región frontal". 

Sin embargo, en la novena definición hace referencia a este significado de "infidelidad". Concretamente establece lo siguiente: "Infidelidad matrimonial. Sufrir el cuerno. Llevar los cuernos. Poner los cuernos".

En referencia a esas locuciones adverbiales, también cabe hacer referencia a todas aquellas que llevan el término "cuerno", y que también recoge la Real Academia. Estas son:

- Al cuerno: Loc. adv. coloq. a paseo. Lo tuve que mandar al cuerno. Váyase usted al cuerno.

- En los cuernos del toro: Loc. adv. coloq. En un inminente peligro. Andar, dejar, verse en los cuernos del toro.

- Estar de cuerno con alguien: Loc. verb. coloq. ponerse de cuerno con alguien.

- Importarle a alguien un cuerno algo o alguien: Loc. verb. coloq. Traerle sin cuidado.

- Ise algo al cuerno: Loc. verb. coloq. Fracasar, frustrarse, estropearse. Su negocio se ha ido al cuerno.

- Levantar a alguien hasta, o sobre, el cuerno, o los cuernos, de la luna: Locs. verbs. coloqs. Alabarle, encarecerle desmedidamente.

- No valer un cuerno: Loc. verb. coloq. Valer poco o nada.

- Oler a cuerno quemado: Loc. verb. coloq. Hacer sospechar que existen intenciones ocultas.

- Poner a alguien en, o sobre, el cuerno, o los cuernos, de la luna: Locs. verbs. coloqs. levantar hasta el cuerno de la luna.

- Ponerse de cuerno con alguien: Loc. verb. coloq. Estar encontrado o reñido con él. 

- Romperse alguien los cuernos: Loc. verb. coloq. Esforzarse, trabajar mucho.

- Saber algo a cuerno quemado: Loc. verb. coloq. Hacer desagradable impresión en el ánimo. Su reprensión me supo a cuerno quemado.

- Subir a alguien en, hasta, o sobre, el cuerno, o los cuernos, de la luna: Locs. verbs. coloqs. levantar hasta el cuerno de la luna.

- Un cuerno, o y un cuerno: Locs. interjs. coloqs. U. para denotar negación o rechazo.

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