Las librerías que menos venden al año son las librerías que más dinero han perdido en 2016. Es la conclusión más llamativa de los tres estudios presentados por el Observatorio de las Librerías. Aquellos pequeños establecimientos de barrio e independientes, cuyas ventas anuales están por debajo de los 150.000 euros, han descendido en sus beneficios un 15% respecto al año anterior. “Las grandes están vendiendo cada vez más y las pequeñas cada vez menos. Existe atomización y concentración”, han explicado los responsables del estudio amparado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL).

El presidente de CEGAL, Juancho Pons, no encuentra explicación a que, a pesar de sufrir las peores consecuencias en la venta de libros, las pequeñas y medianas librerías son las que más abren. Su número ha crecido en un 3,7% (en total, 3.967 librerías independientes en España). Al parecer, apostar por un modelo tan pequeño, casi unipersonal, anima a emprender una aventura con un futuro oscuro.

El libro de texto

“Uno de los motivos por los que pasan apuros las pequeñas y medianas es porque tienen menos capacidad de organizar más actos”, asegura Pons. De hecho, en el estudio se aclara que es en las presentaciones de libros o firmas el momento en el que estos comercios más venta ejecutan. Otro motivo del alto riesgo de las librerías “de proximidad”: la liberación del precio del libro de texto, que favorece a las grandes cadenas. El volumen de ejemplares puesto a la venta favorece precios más bajos, algo a lo que no pueden aspirar las pequeñas.

Según explica Pons, los grandes operadores están haciendo mayores ventas y perjudicando más a esas librerías. “Lo importante es la vuelta al precio fijo de todos los libros, para competir en igualdad de condiciones”, añade. Un cuarto de la facturación anual es por venta de libro escolar en las librerías más en riesgo.

Las grandes crecen

En los ingresos analizados de 2016 -cuya estimación total es de 763.181.739 euros (algo más del 3% respecto a 2015)-, el estudio económico apunta que un 51,10% de las librerías han aumentado en ventas y un 48,90% de ellas han entrado en pérdidas. “Las librerías más grandes, de fondo, en grandes ciudades y comunidades autónomas más pobladas aglutinan las ventas”. Es decir, las grandes evolucionan; las pequeñas y medianas, retroceden. Mientras las primeras, el mayor descenso que tienen es del 5%, en las otras el descenso es brusco y superior al 15%.

La presentación de los datos la ha guiado el Director General de Industrias Culturales y del Libro, Óscar Sáenz de Santamaría, que ha subrayado en varias ocasiones la importancia de las librerías como “agentes dinamizadores de la cultura”. Ha insistido en que no son sólo establecimientos, son elementos esenciales en la dinamización cultural, que no son sólo agentes de venta. “El cierre de una pequeña librería es un pequeño drama, pero la apertura de una nueva es un rayo de esperanza”, ha dicho.

El Ministerio no sabe

“Estos datos nos sirven para poder enfocar las medidas”, ha reconocido y señalado a la pequeña y mediana librería como objetivo urgente: “Tenemos que centrarnos en apoyarlas”. ¿Cómo? ¿Cuál es el compromiso del Ministerio y de la Secretaría de Cultura en salvaguardar estos espacios que “dinamizan culturalmente” la sociedad? La inversión directa en apoyo a la modernización de las librerías fue en 2016 de 150.000 euros. En Francia para lo mismo se invirtió algo más de dos millones de euros. En 2017, la cantidad de 150.000 euros bajó a 120.000 euros. Otras medidas, como la compra de libros a los establecimientos para las bibliotecas estatales lleva en el dique seco desde hace varias legislaturas y el Premio María Moliner también ha sido recortado este 2017.

¿Cuánto van a invertir en compra de libros y en inversión en las pequeñas librerías? Responde el Director General de Industrias Culturales y del Libro: “En estos momentos estamos cerrando los datos, no te puedo facilitar los datos porque no los recuerdo. Pero creemos que serán datos positivos”. El subdirector ha puntualizado a este periódico que los datos para los PPGGE “son de uso interno”. De nuevo, el equipo de Íñigo Méndez de Vigo y Fernando Benzo basan sus políticas culturales en la promesa o en el “olvido” de las cantidades económicas manejadas.

Menos devolución

Entre los datos ofrecidos por los detallados informes, destaca que sólo el 6% de librerías factura más de 600.000 euros al año; que el 75,3% de los ingresos es gracias a la compra de los clientes y el 4% a la de bibliotecas públicas; que donde más venden las librerías consultadas es en Cataluña y la Comunidad de Madrid, donde menos en País Vasco o Galicia; donde más librerías hay es en Cataluña (603) y la Comunidad de Madrid (584), donde menos en La Rioja (37) y Cantabria (58); que sólo un cuarto de las librerías vende por Internet (11% de su facturación), que ni las muy pequeñas ni las medianas venden por Internet; que el libro electrónico ha echado el freno; que un 2,6% de los trabajadores son fijos y que los eventuales ascendieron hasta 0,8% (antes, 0,3%); que los acontecimientos como ferias cada vez son más importantes para las pequeñas librerías.

Y un dato para la esperanza: la tasa de devolución ha caído un 4% y queda en un 26,8% los libros que son devueltos a los almacenes sin haber sido vendidos.