Un casco utilizado por los antiguos guerreros griegos en estupendo estado de conservación ha sido descubierto en las aguas de la ciudad de Haifa, en Israel. Se trata de una pieza de bronce que debió pertenecer a algún soldado que luchó en las famosas guerras médicas, desarrolladas en la primera mitad del siglo V a.C. y que enfrentaron a las ciudades estado de Grecia con el Imperio persa, según ha apuntado en un comunicado la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus siglas en inglés).

El yelmo, forjado aproximadamente hace 2.500 años, fue hallado por los marineros de un barco holandés en el puerto de Haifa en 2007 y entregado a las autoridades competentes en materia patrimonial. Fue el capitán de la embarcación, Hugo van de Graaf, el encargado de proporcionar el valioso objeto a la Unidad de Marina de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Los investigadores han estado analizándolo durante más de una década y ahora se ha dado a conocer.

"El casco se enmarca dentro del tipo corintio, que lleva el nombre de la ciudad griega de Corinto, donde se desarrolló y se produjo por primera vez en el siglo VI a.C.", han señalado los arqueólogos. Desde ese punto se distribuyó a otras zonas del Mediterráneo. Conservado en gran estado pese a estar dos milenios bajo el agua, fue realizado "magistralmente" a partir de una sola hoja de bronce que se fundió y luego se forjó. "Esta técnica permitía reducir el peso sin que la capacidad protectora de la cabeza del guerrero se viese afectada", han añadido los expertos.

Kobi Sharvit, el director de la citada unidad, ha valorado que el casco probablemente perteneció a "un guerrero embarcado en uno de los buques de guerra de la flota griega que participó en el conflicto naval con los persas". Más concretamente, ha apuntado, al contrataque lanzado por la coalición de las polis griegas en el año 479 a.C. -después de la batalla de las Termópilas y de la de Salamina-, cuando el gigantesco ejército de Jerjes dominaba casi todo Oriente Medio.

El yelmo cubría la totalidad de la cabeza del hoplita -soldado de infantería- a excepción de la boca y de los ojos, y era una parte fundamental de sus cuidadas armaduras de bronce. Desde la IAA se ha remarcado que este es el único casco corintio hallado en las actuales aguas de Israel, lo que supone un descubrimiento excepcional. La pieza ya se puede ver en el Museo Marítimo Nacional en Haifa.

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